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Relatos de la Segunda Gymkana de Elfenomeno
03 de Agosto de 2004, a las 00:00 - Equipos de la Gymkana
Relatos Tolkien - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasía y poesías :: [enlace]
5. La Historia del Hobbit al que se le retrasó la cena Era una tarde de verano. Tobias Ganapié, un jovencito hobbit de 25 años paseaba entre los árboles silbando y tarareando canciones que tiempo atrás le había cantado su padre. De repente, silbando frente a él, apareció Grijander Ganapié, que era su primo y mejor amigo: -Hey, Toby, tengo hambre. -dijo. -Yo también -respondió Tobias mientras se acariciaba la rechoncha barriguita. -Tengo una idea. A unas siete millas de aquí vive el Faggot, y en sus huertas tiene zanahorias, repollos, nabos... y ¡¡la mejor hierba para pipa de toda la Comarca!!. Una sonrisa de felicidad se dibujó en la cara de Toby, y rápidamente echaron a correr. Antes de la primera milla ya estaban cansados y habían dejado de correr. Anduvieron más de esas siete millas. -Creo que nos hemos perdido. -dijo Toby. -¡No me digas! -respondió Grijander cabreado. -¡¿Y ahora qué hacemos?! -¡Pues desperdernos cabeza hueca! -Y, ¿dónde estamos? -No sé, solo veo que estamos en un bosque, y no es el Bosque Viejo. -¿Lo ves? ¿Quién inventaría las aventuras? Sales en busca de comida y hierba y acabas perdido en el bosque. Tras buscar una salida durante varias horas, desesperados y asustados, decidieron hacer lo más inteligente que cualquier hobbit habría hecho en esa situación tan horriblemente desesperada: sentarse. De repente, un aullido en la noche los sobresaltó, y su instinto de supervivencia les obligó a inventar una vía de escape tan inteligente como útil: se tumbaron en el suelo, dando vueltas de terror cubriéndose la cabeza y los ojos con las manos. Cuando el lobo (si era un lobo) volvió a aullar por segunda vez, y esta vez muchísimo más cerca, se olvidaron de su instinto traicionero, y decidieron echar a correr. Pero al parecer, sin darse cuenta, estaban yendo hacia el lobo en vez de huyendo de éste, pues al poco rato, justo a su derecha se oyó un rugido. ¡Falsa alarma! No era nada...¿o sí? El ruido seguía pero allí no había nada. Comenzaron a dar vueltas por esa zona, dando vueltas a los árboles para ver si el lobo se escondía detrás. Un hobbit en estado tranquilo jamás se habría arriesgado a hacer eso pero estos hobbits estaban realmente intrigados por la súbita desaparición del animal. Entonces, Toby, frustrado por la búsqueda fallida, le pegó una patada a la corteza de un árbol. En ese momento, se volvió a oír el terrible aullido. ¡Era el árbol! Toby gritó suplicando perdón, y el árbol se agachó le miró (tenía cara), y le sonrió. Pero seguidamente volvió a "dormirse plácidamente". Volvieron a casa, y sí, misteriosamente estaban en el Bosque Viejo (¿cómo habrían llegado hasta ahí?). De esta terrorífica aventura nacieron los dos tópicos más famosos de la tradición hobbit: que los árboles del Bosque Viejo tienen vida y que las aventuras son cosas desagradables, molestas e incómodas que retrasan la cena, ya que Toby no cenó ese día y se despertó al día siguiente con el rugido de su estómago pidiéndole comida. ¡Qué sensación tan horrible!
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