El Señor de los Armarios: Las Dos Probetas

12 de Mayo de 2004, a las 00:00 - Wampag y Oriön
Grandes parodias - Chistes, parodias, humor gráfico :: [enlace]Meneame

Capítulo IV: Hierba y guiso de conejo

A la mañana siguiente Frodo se encontraba apoyado en una piedra roncando (para variar) mientras Sam buscaba un camino no muy accidentado para seguir. Gollum, al que desde ahora llamaremos Spíjol porque su otra personalidad está en el banquillo, llegó corriendo con algo en la boca, que en principio podían parecer las zapatillas o el periódico, pero que resultaron ser dos conejos muertos, que depositó de un golpe sobre la barriga de Frodo despertándolo.

Frodo: (Sin terminar de despertarse del todo) ¿Esto qué es? Le dije al servicio de habitaciones que quería desayuno continental, no carroña atropellada.
Spíjol: ¡Mire! ¿Ve lo que el buen Spíjol encuentra?
Sam: ¿Dónde está el mérito? Eso puedes haberlo sacado del arcén de una carretera.
Spíjol: Nada de eso. Losssss acabo de cazar. Son jóvenesssss, son tiernosssss. Si no se fía lesssss hacemos la autopssssssia. (Saca un bisturí y comienza a destripar los conejos delante de Frodo) ¿Ve? La bala entró por aquí y...
Sam: (Quitándole los conejos a Spíjol) Oigh, que asco. Le harás vomitar si sigues comportándote así. Primero hay que poner la mesa y ahora los guisaré.

Total, que Sam sacó un mantelito de la mochila y tras colocarlo comenzó a sacar cacerolas para guisar los conejos. Mientras Spíjol se retorcía de asco de ver los bichos cocinados Sam canturreaba una cancioncilla hobbit sobre comida...

Sam: (Cantando) Siempre que llegas a casaaaaa, me pillas en la cocinaaaaa, emborrizada de harinaaaaaa, con las manos en la masaaaaaa...
Spíjol: ¿Qué está haciendo? Esssstúpido hobbit sebosssso. Lossss desperdicia.
Sam: ¿Desperdiciar el qué? ¿Tú has visto cómo los has dejado después de la autopsia? ¡Si estoy royendo los huesos!
Spíjol: ¡¡Noooo!! Asssí máss bueeenooos.
Sam: Mmmm... ¿sabes cómo estarían más buenos?
Spíjol: ¿Que fueran conejos de campo y no experimentales?
Sam: ¡Lo sabía! ¡Sabía que no los habías podido cazar!
Spíjol: Estooo.. ejem.... ¡No! ¡Qué va! Si era una broma, o sea. Son de campo, o sea, estaban en su madriguerita y.... (Sam saca un catéter de la espalda del conejo que quedaba para meter en la olla). Estoooo... tú ya sabes... el modernismo, que está llegando a todossss últimamente.
Sam: Vale, olvidemos este asuntillo. A lo que me refería que necesitaban estos conejos era un poco de... de... (se acerca más a Spíjol y habla en susurros) un poco de hierba.
Spíjol: (Pensando en voz alta) Hierba... hierba... ¡Aaah! ¡Síiii! Te refieres a alucinógenos y otras sussstanciasss que provocan efectossss en el cuerpo de forma que parece que...
Sam: Sí, sí, no hace falta que me lo expliques, ya lo sé. Anda, tráeme un poco y te dejaré jugar luego al hundir la flota.

Spíjol obedeció, y salió corriendo en mitad del bosque para buscar lo que Sam le había pedido. Volvió al cabo de una hora con un alijo de hierba en la espalda, muy feliz.

Spíjol: Juajuajua.. esstooo... amoo. Aquí tiene la hierba... Pfffff juajuajuajua.
Sam: ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan feliz?
Spíjol: ¿Yooo? ¿Pero cómo se te ocurre pensar que he aprovechado un poco del género cuando venía para acá?
Sam: ¡¡Lo sabía!! Sabía que lo habías hecho. Pues, hala, ahora te quedas sin comer.
Spíjol: Sin comer... JUASJUASJUAS. ¡Qué jjjjjjjachondo es el tío!
Sam: (Pensando: ¡Porras! Tengo que librarme de este, que se vaya y me deje a solas con Frodo. Si tal vez... No, demasiado peligroso. ¿Y sí...? No, demasiadas mujeres de por medio y podríamos traer al mundo la cosa más fea que el hombre haya visto. ¡Ya está!) Estooo, Spíjol.
Spíjol: (Con voz de Shin Chan) ¿UoooOOo?
Sam: Verás, me haría falta una silla de playa.
Spíjol: ¿Para los conejos?
Sam: No hijo, no. Que estoy deslomado aquí cocinando y me está destrozando el lumbago.
Spíjol: Pero los conejos no necesitan sillas de playa.
Sam: ¡¡¿¿Te quieres callar y traerme la silla para mí??!! 
Spíjol: (Después de pensarlo un momento) No, o sea, no.
Sam: Te dejo sin videojuegos.
Spíjol: (Soltando un gapo del tamaño del Prestige) Prrf. Videojuegos. Sólo estropean el coeficiente intelectual de un joven como yo.
Sam: ¿Joven? ¡¡PERO SI TIENES 200 AÑOS!!
Spíjol: Sí, bueno, ¿qué pasa? Cada año me siento más joven.
Sam: ¡¡Y yo me estoy poniendo histérico!! ¡¡Mira que si no vas no te dejo ver luego "El diario de Patricia"!!
Spíjol: Vaaaaaale, vaaaale. Ya voy.

Y efectivamente, se ve que el soborno hizo que Spíjol saliera a buscar dicha silla de playa. Cosa difícil de encontrar puesto que se encontraban en medio de ninguna parte en el culo del mundo. Eso fue precisamente lo que Sam quería. Después de varios días con aquella mascota, Sam no había pasado ni un momento a solas con su señor Frodo, quien ahora se encontraba sentado al lado del armario.

Sam: (Sentándose al lado de Frodo) ¿Qué está haciendo?
Frodo: ¡Oh! Cosas de máxima prioridad.
Sam: ¡Ah! ¿Está haciendo inspección de bolsas para ver la cantidad de comida que nos queda para estos días en los que estamos cerca de una muerte casi segura, ya sea por orcos que vengan de todas partes, o porque el gran "jojo" nos vea y entonces mande a esos jinetes alados que hemos visto antes y nos lleven a la muerte después de un tormento que durará miles de años en su torre, donde la palabra "dolor" tendrá otro significado para nosotros?
Frodo: (Volviéndose lentamente con la cara descompuesta) No se me había ocurrido ver esta misión con esos ojos.

Lo siguiente que ocurrió fue un poco confuso para Sam. Digamos que se despertó al rato después del desmayo que sufrió gracias a una paliza que le pegó Frodo después de que dijera toda la parrafada que acabamos de leer. Más o menos, para que os hagáis una idea, Frodo, mientras le asestaba golpes de todas clases, lo llamaba "hijo de tu madre", "la madre que te parió", "pedazo de trozo de cacho de carne de hobbit", y otras cosas que tampoco vamos a reproducir aquí para no herir la sensibilidad de nadie.

Después de que Sam despertara, éste se encontró solo en el descampado en el que habían acampado. Spíjol no había vuelto, y no sabía cuánto tiempo había pasado después de haberse desmayado. Se levantó y empezó a llamar a Frodo, quien no le contestaba. Empezó a dar vueltas por las cercanías de aquel lugar, y entre la maleza al lado de un barranco vio una cabeza, la cual prometía ser de Frodo porque no había nadie más en tres mil kilómetros a la redonda. Sam bajó corriendo.

Sam: ¡Oooh! ¡Señor Frodo! ¡Creía que me había perdido! (Se acerca a los matorrales con los brazos abiertos) ¡Qué alegría verle!
Frodo: ¡Eeeeeh! ¡Para el carro, Monipenny! ¿El que esté entre estos matorrales no te dice nada?
Sam: ¿Que está jugando al escondite con su amigo invisible?
Frodo: No precisamente. Estoy aquí porque estoy... entregando unos bombones, jiji.
Sam: ¿Bombones? (Con tono de celoso) ¿A quién, si puede saberse?
Frodo: No, Sam, veo que no lo has entendido. Estoy... entregando unos puros.
Sam: No sabía que usted fumara.
Frodo: (Con exasperación) ¡Y NO FUMO! A ver... ¿cómo decírtelo finamente para que no te alteres? Que estoy... echando unos troncos al desagüe.
Sam: Pero, si por aquí no hay agua.
Frodo: (Saltando de los matorrales al cuello de Sam) ¡¡QUE ESTOY CAGANDO, NIÑO!! ¡¡QUE ESTOY LIBERANDO A WILLY!! ¡¡QUE ESTOY HABLANDO CON EL SEÑOR ROCA!!
Sam: ¡¡Aaaaags!! ¡¡Lo sieenggggtoooo!! ¡¡No sabía que...!!
Frodo: (Liberándolo de sus garras) Por cierto, has despertado muy pronto, ¿no? Creí que me daría tiempo a abandonarte.
Sam: No, señor Frodo. No lo haga. Yo nunca lo haría.
Frodo: Chico, parece como si estuvieras anunciando algo sobre el abandono de perros.
Sam: ¿Sabe, señor Frodo? Hace tiempo que había soñado que se lanzara a mi cuello como acaba de hacer.
Frodo: (Volviéndolo a coger del cuello) ¡Serás cerdo! ¡Alimaña! ¡Escoria inm...!

Las palabras (bueno, las voces estridentes) que metía Frodo fueron interrumpidas en seguida por un golpe seco, proveniente de la parte de más abajo del barranco (es que digamos que el barranco iba por fases). A ambos hobbits, que nunca pueden estarse quietecitos, les picó la curiosidad (bueno, a Sam también le picó otra cosa situada donde la espalda pierde su honrado nombre y tiene otro más divertido, jeje. Pero vamos, es un detalle insignificante. Hay cosas que el ser humano nunca debería imaginarse, así que no vamos a describir nada). Los hobbits se pensaron que tal vez fuera la cabalgata de los reyes magos y podrían coger caramelos, lo cual les extrañaba porque estaban en pleno julio. Para su sorpresa, lo que vieron se escapaba a su imaginación. No sólo vieron un ejército entero de gentes que se dirigían a Mordor, sino también estas venían acompañadas por armadillos gigantes (llamados "gallifantes") los cuales transportaban encima de ellos a otros miembros del ejército. Los más cómodos que no les daba la gana de andar.

Sam: En la Comarca nadie se lo va a creer.
Frodo: ¡Ah! ¿Pero es que piensas llegar vivo a la Comarca? (Pausa) Por cierto, ¿dónde está Spíjol?

De nuevo, Frodo tuvo que quedárse sin saber la respuesta, puesto que de pronto escucharon gritar a un hombre. Supusieron que era el capitán de un ejército escondido, puesto que cuando éste gritó: "¡¡Hombres aleeegreeees!! ¡¡Al ataqueerrrlll!!", salieron de entre los helechos, arbustos, etc., una cantidad bastante grande de hombres con capuchas verdes y medias (igualitos a los hombres de Robin Hood que salen en "Shrek") que disparaban flechas a los gallifantes y contra los ejércitos. Lo siguiente que pasó fue una especie de fuego de cobertura entre los hombres que iban a Mordor y los Hombres Alegres. Se dispusieron trincheras, torres de francotiradores... Vamos, que parecía aquello el día D, hora H. Mientras tanto, nuestros amigos estaban contemplando el combate con la tranquilidad con la que dos machotes lo harían.

Sam: (Corriendo) ¡¡MAMAAAA!! ¡¡SACADME DE AQUIIII!! ¡¡POR FAVOR!! ¡¡AYUDAAAAAA!!
Frodo: ¿¿TE QUIERES ESPERAR, PILTRAFILLA?? ¡¡Yo no puedo sólo con el Armario!!

Así que ahora imaginemos a Frodo cual perro que no puede correr porque la correa le está tirando del cuello, y a Sam gritando cual poseso. La carrera no les duró mucho, puesto que Frodo, en medio de tanto griterío, se encontró con los pies de tres hombres, los cuales prometían ser, por sus uniformes, aquellos que pertenecían a los Hombres Alegres. Uno de ellos parecía ser el jefe. No por nada, sencillamente porque la tela de su capa era de más calidad.

Capitán: ¿Veis? Ya os decía yo que esa cabeza no podía ser la de un gato silvestre. Demasiado grande.
Hombre 3: Pues de lejos parecía...
Hombre 2: A ti es que te ha confundido la flecha que se te ha clavado en la pierna.
Hombre 3: Hombre, es que estaba mirando la cabeza de esto.
Capitán: Bueno, yo decía que no era un gato silvestre. ¿A cuánto iba la apuesta?
Frodo: Perdonad que os interrumpa.
Los tres a la vez: ¿Sí?
Frodo: ¿Por casualidad no tendréis una batalla que se está librando justo ahí detrás en la que están peleando vuestros hombres?

Los tres hombres miraron a la vez hacia atrás, y efectivamente. La batalla seguía, los cruces de disparos se veían, y los sonidos de flechas pasando, así como de balas, se oía como un susurro al lado de sus orejas. De nuevo, se volvieron los hombres, se miraron, y a la vez, como un coro empieza a dirigir una orquesta, dijeron con valor:

Los tres a la vez: ¡Baaah!
Capitán: Minucias.
Hombre 2: Batallas como estas las tenemos casi todos los días.
Hombre herido: (Acercándose por detrás del capitán) ¡Capitán! ¡Me han herido!
Capitán: ¿Eh? Ah, ¿sí?
Hombre herido: Mi corazón, capitán. Me han clavado una flecha en mi corazón.
Capitán: Bueno, pues... échate aloe. Seguro que se te quita.
Hombre herido: Pero, señor...
Capitán: ¿No ves que estoy con asuntos más importantes? (Dándole capones al hombre herido). ¡Largo! ¡Fuera! ¡Vamos! (Dirigiéndose a los otros hombres). ¿En cuánto entonces estaba la apuesta?
Hombre 3: En 500 euros.
Capitán: ¡JEJEEE! Hala hala, ya podéis estar sacando los billetes. Venga, no tengo todo el díaaaa.
Hombre 2: Pero, capitán. Dijiste que sería un hombre y, bueno... tampoco sabemos qué es. ¿Y si nos lo llevamos y lo inspeccionamos?

Ahora veremos...

Lo que Frodo dice: Perdonad, creo que eso os lo puedo explicar yo. Soy un hobbit, que vive en la Comarca. Por azares del destino, me convertí en pitoniso y me hice bastante bueno en el oficio. Se ganaba mucho dinero, hasta que...
Lo que el capitán escucha: Bla bla bla... bla bla... bla bla bla... bla bla... bla bla... dinero... bla bla.

Capitán: ¡Alto alto alto! ¿Han oído mis oídos la palabra "dinero"?
Frodo: Erm... sí.
Hombre 4: ¡Señor! ¡Hemos encontrado al otro!

Este hombre que acaba de aparecer llevaba a Sam en el hombro cual saco de papas recién cogidas de la huerta.

Hombre 4: Estaba tirado en el suelo, lloriqueando. ¿Qué hacemos con él?
Capitán: ¿Lloriqueando dices? ¡Qué nenaza! (Pensando: Mmmm... nenaza. ¿Qué te sugiere esto?) ¿Cuánto te apuestas a que se desmayará cuando le enseñes la espada?
Hombre 2: Yo digo que se desmayará con el machete.
Hombre 3: Yo digo que se desmayará con el cuchillo.
Hombre 4: Con  la navaja suiza.
Frodo: Con la hoja de afeitar.
Capitán: Está bien. 200 euros. Hagan sus apuestas.

Lo siguiente que Sam recuerda fue muy confuso. Le habían enseñado la hoja de afeitar, y efectivamente, se había desmayado. Lo siguiente que recordó era que mientras estaba despertando, haciéndose el dormido, escuchó a Frodo, muy preocupado por él.

Frodo: ¡¡Venga niñitas!! ¡¡No tengo todo el día!! ¡¡Dadme MI dinero, por favor!!
Hombre 4: (Al capitán) Mira que nos gane una peralta...
Capitán: ¿Una peralta?
Hombre 4: Una mierda así de alta.

En esos momentos, cuando ya todos habían pagado al enanillo gracioso (que dicho por los Hombres Alegres, lo de "gracioso" está dicho con cierto tono de sarcasmo), uno de ellos quiso saber su futuro.

Hombre 2: Oye, perdona. ¿Podrías decirme mi futuro, por favor?
Frodo: ¡Oh! Sí, por supuesto. Vente por aquí.
Capitán: (Al resto de hombres) Os apuesto 50 euros a que le saca la carta del amor.
Todos: Hecho.

Fue en ese momento cuando Sam volvió a despertarse y vio a todos los Hombres Alegres dispuestos alrededor de Frodo, formando un semicírculo, y el hobbit con el Armario en el centro.

Frodo: (Leyendo las cartas de póker, porque no tenía otras a mano) Veamos... te veo en un viaje largo, muy largo... Te veo como capitán de barco... y veo unos nativos que... te ayudan... ¿o te están devorando?
Hombre 2: Este tío no me cae bien.
Capitán: Bueno, ya vale de tonterías. A ver... ¡Tú! (Señalando a Sam para que se acerque a Frodo) Ven aquí. Y ahora me vais a decir qué estáis haciendo por aquí.
Frodo: Eeeem... estooo...
Sam: ¡Somos una pareja en viaje de novios!
Capitán: ¡Lo sabía! Ya os dije que eran mariquitas. Venga, soltad el dinero los que dijisteis que eran muy machotes.
Frodo: (Lanzando una mirada asesina a Sam) ¡No somos una pareja de novios! Eeeem... a decir verdad... ¡somos Boy Scouts! ¡Sí, eso es!
Sam: ¡Estamos vendiendo estas magníficas chaquetas de cuero!
Frodo: ¡Hemos venido a interrogar al prisionero!
Sam: ¡Estamos aquí para inspeccionar los tapices!
Frodo: ¡Mira detrás de ti! ¡Un mono de tres cabezas!
Capitán: (Enfadado) ¿Pero esto qué es? ¿El festival de las excusas estúpidas? Y por cierto, mejor sería que le pusierais más imaginación al asunto en vez de echar mano de las excusas del "Indiana Jones" y del "Monkey Island". Muy bien, ya que no queréis hablar os...
Frodo: Vaaale, vale... Resulta que formábamos parte de un grupo que nos dirigíamos de excursión... hacia el este. Éramos 9: dos más de mi raza, un elfo, un enano, un viejo senil y dos humanos, Argón hijo de Radón y Boromir.
Capitán: ¿Boromir? ¿Lo conocías? ¿Eras su amigo?
Frodo: (Incómodo) Sí, bueno... algo así... ¿Por qué lo preguntas?
Capitán: Era mi hermano. Yo soy Falomir Juegos, hijo de Denethor "el niño de las cerillas" (nunca he podido saber porqué tenía ese apodo) y hermano de Boromir. Pensaba que a lo mejor podrías aclararme algo sobre su muerte.
Sam: ¿Ha muerto?
Falomir: Así es. Hace varios días encontré una zodiac en el río con su cuerpo a bordo. Pensaba que venía de hacer rafting, pero estaba ensartado por un mogollón de flechas y con más agujeros que un queso de Gruyere. Su cuerno estaba sobre su pecho, partido en dos.
Frodo: Pues no sabíamos nada.
Falomir: (Incrédulo) Sí, claro, y por eso le falta parte de la armadura. Hala, andando, que ya hablaremos más tarde. ¡Eh, tíos! Os apuesto 30 euros a que esta gente acaba confesando antes de mañana.



1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

  
 

subir

Películas y Fan Film
Tolkien y su obra
Fenómenos: trabajos de los fans
 Noticias
 Multimedia
 Fenopaedia
 Reportajes
 Taller de Fans
 Relatos
 Música
 Humor
Rol, Juegos, Videojuegos, Cartas, etc.
Otras obras de Fantasía y Ciencia-Ficción

Ayuda a mantener esta web




Nombre: 
Clave: 


Entrar en el Mapa de la Tierra Media con Google Maps

Mapa de la Tierra Media con Google Maps
Colaboramos con: Doce Moradas, Ted Nasmith, John Howe.
Miembro de TheOneRing.net Community - RSS Feed Add to Google
Qui�nes somos/Notas legalesCont�ctanosEnl�zanos
Elfenomeno.com
Noticias Tolkien - El Señor de los AnillosReportajes, ensayos y relatos sobre la obra de TolkienFenopaedia: La Enciclopedia Tolkien Online de Elfenomeno.comFotogramas, ilustraciones, maquetas y todos los trabajos relacionados con Tolkien, El Silmarillion, El Señor de los Anillos, etc.Tienda Amazon - Elfenomeno.com name=Foro Tolkien - El Señor de los Anillos