El Señor de los Armarios: Las Dos Probetas

Capítulo III: La Puerta Fucsia está cerrada

Frodo: Gollum, ¿falta mucho?
Gollum: Nooo, nooo, ssssssólo unossss kilometrejossss de nada y ya está.

3 días después...

Frodo: Gollum, ¿falta mucho?
Gollum: Nooo, nooo, ssssssólo unossss kilometrejossss de nada y ya está.
Sam: Lo mismo dijiste hace tres días.

Dos semanas después...

Frodo: Gollum, ¿falta mucho?
Gollum: Nooo, nooo, ssssssólo unossss kilometrejossss de nada y ya está.
Sam: ¿¿QUÉ?? ¡¡LO MISMO DIJISTE HACE UNA SEMANA Y NO HEMOS DESCANSADO DESDE ENTONCES, CRIATURA ENANA!!

Fueron dos días después cuando, cansados ya y sin poder andar casi, llegaron ante la puerta Fucsia.

Gollum: ¡La Puerta Fucsia de Mordor!

Y vieron aquella imprechonante puerta de color fucsia, frente a la cual se encontraban cantando los ejércitos sus marchas de guerra...

Ejércitos: (Cantando) En Mordor vamos a entraaaaaar... Y el salario vamos a cobraaaaaaar...

Conforme se acercaban desde lo alto de la Puerta los soldados orcos comenzaron a hacer sonar sus cuernos con los toques de llamada para hacer que abriesen, aunque en vez de ser toques de trompeta o cuernos orcos era más bien Waterloo de ABBA. Y mientras los enanillos graciosos observaban desde lo alto de un terraplén preguntándose cómo colarse.

Sam: Bueno, ¿y cómo vamos a entrar? Eso está lleno de soldados.
Gollum: No preguntar a Gollum. Amo dice que lo lleve a Puerta Fucssssia y nosssotrossss lo hacemossss. El resssto es cossa sssuya.
Frodo: En fin, habrá que pensar un plan para entrar... Quizá si digo que vengo de Telepizza o que soy el del Butano...
Gollum: ¿Y de dónde ssssacará el amo una bombona?
Frodo: Tienes razón. Las últimas dos bombonas estaban en las alforjas de Bill el Poney y tuvimos que dejarlas atrás al entrar en Moria, junto a la nevera, los triángulos de señalización, las sillas de la playa, la sombrilla y el colchón.

Mientras Frodo cavilaba la manera de entrar Sam se acercó peligrosamente al borde del precipicio donde se encontraban para ver los ejércitos más de cerca. Pero el extremo cedió y se cayó rodando por el terraplén.

Sam: ¡Socorro!
Frodo: ¡Sam!

Sin pensarlo dos veces Frodo se lanzó corriendo a salvar a su amigo, bajando tras él. Pero el escandalazo que estaban formando llamó la atención de un par de soldados que estaban entrando, así que fueron al lugar a ver qué pasaba. Mientras tanto Frodo ya había llegado junto a Sam, que estaba medio enterrado y no podía salir. Como iban a ser descubiertos Frodo echó su capa élfica sobre ellos para pasar inadvertidos mientras los soldados estuviesen por allí. Así que tenemos a los dos enanillos graciosos juntitos bajo la capa, una situación de los más comprometida para Frodo.

Sam: Oh, señor Frodo. Qué bueno es usted. Ha venido a buscarme arriesgando su vida.
Frodo: ¿A buscarte a ti? Si me he lanzado corriendo porque tienes la mochila con la comida.
Sam: Ah, vaya... Esto, señor Frodo... Yo le caigo bien, ¿verdad? ¿Usted me tiene aprecio?
Frodo: Sí, sí, lo que tú digas, pero baja la voz que nos pillan... (Se hace un silencio) Sam, haz el favor de quitar la mano de mi pierna y estar quietecito, que ya vienen.

Pero claro, como estaban bajo la capa élfica los soldados no pudieron verlos y pasaron de largo, volviendo a unirse al grupo que estaba entrando en Mordor. Los dos chiquitines salieron de debajo de la capa para alivio de Frodo, que por fin podía mantener espacio entre él y Sam. Se escabulleron tras unas rocas y allí esperaron el momento oportuno para colarse por la Puerta Fucsia, detrás del ejército. Frodo intentó nuevamente deshacerse de Sam como ya hiciese en Parth Galen, cuando se separaron de la Pandilla.

Frodo: (Poniendo pose de corredor de los 100 m. lisos) Bueno, cuando estén entrando los últimos yo me colaré detrás. (Mirando a Sam que le imita) ¿Qué haces Sam? No hace falta que vengas conmigo.
Sam: Lo sé, señor Frodo. Pero no pienso dejarlo.
Frodo: Me lo temía... Bueno, preparados... listos... ¡YA!

Pero no se pudieron mover del sitio, porque Gollum apareció de un salto detrás de ellos y los agarro por los hombros, tras lo cual se puso a lloriquear otra vez y a manosear a Frodo.

Sam: ¿Pero qué haces atontao?
Frodo: Deja de sobarme, Gollum, que tengo que irme.
Gollum: ¡No, amo! Lo cogerán. No se lo lleve a él. Él quiere mi tesssssoro, y lo bussssca sssssiempre. Podemos entrar por otro sitio. Hay otro camino, mássss ssssecreto, mássss osssscuro.
Sam: ¿Y por qué no nos lo habías dicho?
Gollum: Amo no preguntó. Amo solo dijo que lo lleváramosssss a la Puerta Fucsia y esssso hicimosssss. Uno no puede esssstar en todo.
Sam: Yo no me fío. Seguro que es un plan de este.
Frodo: Bueno, ¿y cómo es que los orcos no conocen ese otro camino?
Gollum: Esssstá essssscondido, oculto en las montañasssss. Hay un sendero y muchas esssscalerasss. Y dessssspués un túnel. Nossssotrosss lo encontramossss hace tiempo.
Sam: Señor Frodo. No creo que sea buena idea. ¿Cómo es posible que este tío se sepa todos los caminos secretos? ¿Es que es un GPS ambulante?
Frodo: No seas desconfiado Sam. Hasta ahora se está portando bien. De acuerdo, guíanos Spíjol.

Así que Gollum condujo a los dos chiquitines a través de caminos seguros, ocultos de los ojos de los orcos y lo que es más importante, ocultos del gran "jojo". Total, que siguieron avanzando y un buen día estaban junto a un río, en el que Gollum se deleitaba practicando la pesca manual, aunque su técnica no era muy depurada, ya que como no conseguía nada así se dedicaba a pescar con dinamita. A Sam no le hacía gracia que se adelantase tanto y no paraba de increparlo.

Sam: (A Gollum) ¡Eh, apestoso! No te adelantes tanto.
Frodo: (A Sam) ¿Por qué haces eso?
Sam: Oh, perdón. Me estaba aplicando corrector de ojeras, pero si le molesta... (Guarda el maquillaje).
Frodo: No me refiero a eso. ¿Por qué insultas a Gollum todo el rato? ¿Por qué lo humillas?
Sam: Porque es que es un apestoso. Eso es lo que es. Y no deja que le eche Channel Nº5.
Frodo: No tienes ni idea de lo que ha sufrido. El Armario le hizo mucho daño. Mira como anda encorvado por el lumbago... El Armario lo tuvo poseído mucho tiempo. Pero quiero ayudarle Sam. Quiero llevarlo a un centro de desintoxicación contra la Armariodependencia.
Sam: ¿Por qué? Mire que cara de tonto tiene...
Frodo: Porque quiero creer que se recuperará.
Sam: No puede salvarle señor Frodo.
Frodo: (Con violencia) ¿Y tú qué sabes? ¡Nada! (Cambiando radicalmente de actitud y acercándose a Sam más) Mmmmmm... Sam. No me había dado cuenta de lo guapo que estás con este sudor...
Sam: Señor Frodo, el Armario le está poseyendo... Casi no duerme, no come... (Luchando contra sus propios sentimientos) ¿No se oye? ¿No se da cuenta de cómo se expresa? ¡Debe luchar contra eso!
Frodo: (Volviendo ya a la realidad) ¡¡Ya lo sé, por Dios!! No hace falta que me lo digas... Me dan escalofríos solo de pensarlo. Pero el Armario me ha sido confiado a mí. ¡¡Es mío y solo mío!! ¡¡Yo debo ocuparme de él!!

Así que después de esta pelea de enamorados de los chiquitines continuaron su camino a Mordor. Pero esa noche mientras Frodo dormía agarrado a una de las patas del Armario y Sam hacía lo propio, Gollum se debatía consigo mismo.

Gollum: Los matamossss...
Spíjol: No los matamossssss...
Gollum: Los matamosssss...
Spíjol: No los matamosssss...
Gollum: Los matamosssss...
Spíjol: No los matamosssss... Ssssss, aaagggsssss, Tesssssoro. Deshojar una margarita no esssss la mejor forma de tomar una decisssssssión. Assssí no hay quién se aclare.
Gollum: Pero nosotros lo queremosssss. Ellosssss, hobbits chorizosssss, nos lo robaron. Si ponemos denuncia nadie nos creerá. Hay que actuar.
Spíjol: Noooo, el amo es bueno.
Gollum: ¿Pero qué dicessss? Nos mienten, nos engañan...
Spíjol: No, el balón essss mi amigo
Gollum: ¿Qué?
Spíjol: Perdón. Se nosss fue la olla. Quería decir que el amo es mi amigo.
Gollum: (Sacando un violín y tocando una canción triste) Tú no tienes amigossss. Nadie te quiere.
Spíjol: No oigo nada. No puedo oírte.
Gollum: ¿Ves? Niegasss la realidad.
Spíjol: No, que va en sssserio. Deberíassss ver la de cera que tengo en lossss oídos. Mássss que en Semana Santa.
Gollum: Eressss muy puerco, y ademássss mentiroso y asesssino.
Spíjol: (Con voz inocente, pero que no cuela) No... esta mañana me bañé...
Gollum: ¡Mentirosssssso! ¡Solo te salpicó agua mientras pesssscabas!
Spíjol: ¡Vete! ¡Te odio!
Gollum: ¿Qué me vaya? ¿Será desagradecido el tío? Si estamos vivosss es graciasssss a mí. ¿Quién te enseñó supervivencia? ¿Quién te enseñó a preparar sushi?
Spíjol: Ya... nunca más...
Gollum: No cambiessss de conversación. No me vengas ahora con el Prestige.
Spíjol: Digo que no piensssso aguantarte más. El amo nossss cuida ahora. Ya no eresss necesario. Cuando tenga otro trabajillo te llamaremosssss.
Gollum: ¿Qué? ¿Me essssstás desssspidiendo?
Spíjol: Ssssssí.
Gollum: Ssssssiempre te he ayudado. ¿Assssí me lo agradecesssss?
Spíjol: Ya esss tarde.
Gollum: ¿Por qué?
Spíjol: Porque ahora soy yo el que quiere estar sin ti. Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara mi casaaaaa, y pega la vueltaaaaaa.
Gollum: Jamás te puuuude comprender.
Spíjol: Vete, olvida mis oooojos, mis maaaaanos, mis laaaaabios, que no te deseaaaaan.
Gollum: Estás mintieeeendo yaaa lo séeeee.
Spíjol: ¿Otra vez me llamas mentirosssso? ¡Serás elfo! Vete ahora y nunca vuelvasssss.
Gollum: ¡No!
Spíjol: Vete ahora y nunca vuelvasssss.
Gollum: ¡Nnnngggggggg!
Spíjol: Vete ahora y nunca vuelvasssss... Uy, que se ha ido de verdad... (Saltando como un poseso) Oh, Tesssssoro... ¡Ido, ido, ido... Spíjol es libre!