El Señor de los Armarios: Las Dos Probetas

Capítulo V: Una ventana a Las Vegas

Así que los Hombres Alegres vendaron los ojos de los enanillos graciosos y los tuvieron caminando un buen rato (bueno, más bien jugando con ellos a la gallinita ciega y apostando sobre a quién iban a pillar primero), hasta finalmente llegar a una caverna donde por fin les permitieron ver.

Allí tuvieron la oportunidad de conocer el secreto mejor guardado de la humanidad (y no hablamos de quién asesinó a Kennedy). Justo antes de entrar en la caverna inmunda en la que habitaban los Hombres Alegres, un soldado se colocó delante del soldado que llevaba a los dos chiquitines.

Guardián: A ver, ¿de dónde vienes?
Soldado: De capturar a estos dos. ¿Me dejas pasar?
Guardián: De eso nada, primero el saludo secreto.
Soldado: Venga tío, que soy yo, tu compañero.
Guardián: El saludo secreto.
Soldado: (Susurrándole al guardián) Por favor, no me hagas hacerlo delante de estos dos.
Guardián: El saludo secreto o no entras.

Después de que el soldado suspirara, hizo el saludo secreto. Para que sepáis cuál era, necesitaremos vuestra colaboración. A ver, colocad las palmas de las manos bocabajo. Ajam... muy bien. Ahora, colocad los dos pulgares juntos... sí, muy bien... Ahora levantad los codos hasta que las manos os queden más o menos a la altura del pecho... muy bieeeen, ya queda menos. Bueno, ahora lo que tenéis que hacer es mover las palmas arriba y abajo... No, a ver, que no estáis volando... No tenéis que mover las palmas a la vez, sino alternativamente. Primero una, luego otra, una, otra... Así, mmmmuy bien. Ahora hacedlo tan rápido como podáis, y mientras hacéis ese movimiento con las manos, dad un grito de locaza articulando la letra "i", pero que sea un grito reprimido, como si no quisierais hacer mucho ruido... pero que se oiga bien. Una vez que hayáis conseguido hacer eso, ya tenéis el saludo secreto de los hombres de Falomir.
Cuando los enanillos graciosos vieron dicho saludo de semejantes supuestos machotes, su reacción no pudo ser otra.

Frodo: ¡Dios mío! ¡NOOOOO! ¡¡ARRANCADME LOS OJOS!! ¡¡PONEDME OTRA VEZ LA VENDA!!
Sam: (Aplaudiendo) ¡¡Yo quiero aprenderlo!! ¡¡Yo quiero aprenderlo!!

Una vez allí los llevaron a una habitación para que descansaran y los despertaron para la hora de la cena. Los condujeron a través de un gran corredor atestado de gente y lleno de máquinas tragaperras (ahora deberíamos llamar a estas máquinas tragaeuros, ¿no?), mesas de Blackjack y de Baccara, y Ruletas. Al fondo había un escenario donde estaba actuando Tom Jones y carteles anunciando la próxima actuación de Gloria Gaynor, cosa que hace que casi se desmaye Sam de la alegría. Llegaron a una gruesa cortina, flanqueada por dos matones de discoteca que les permitieron pasar. Dentro estaba Falomir, sentado ante una enorme mesa de caoba, contemplando por un circuito de televisión las cámaras de seguridad del recinto y viendo como la gente se gastaba el dinero en su local.

Falomir: Hola de nuevo. ¿Qué os parece mi guarida? Una guerra es muy cara y necesitamos sacar capital para invertir en armas. Por eso tuve esta feliz idea "casual" e hicimos este casino al más puro estilo de Las Vegas y Nevada. Pero tomad asiento que vamos a hablar un rato. ¿Habéis entrado ya en razón? ¿Me vais a decir la verdad?
Sam: Si no hay nada más que contar.
Falomir: ¿Sí? ¿Quieres apostar?
Frodo: (Cediendo) Vale, vale. Hablaré. Teníamos una misión que cumplir y ahora necesitamos seguir este camino hasta el sur.
Falomir: ¿Y de qué conoces a mi hermano?
Frodo: Partimos junto al grupo que te dije antes desde Rivendell.
Falomir: Aaaaah, vale. Esto se pone interesante. Mi hermano acudió allí para comprar mesas de billar y buscando el significado de esta profecía:

Busca la cachiporra escacharrada
Que está en Imladris;
Habrá concilios más fuertes
Que el orujo gallego de hierbas

Mostrarán una señal
de que el destino está cerca:
la Pupita de Isildur despertará,
y se presentará el Chiquitín

Sam: Eeeeemm... ¿y qué tiene que ver eso con nosotros?
Falomir: Te apuesto un gintonic a que lo sabes perfectamente. Habla de un chiquitín que imagino que será tu amigo, porque no es por nada chaval, pero tú no tienes madera de protagonista. Empezad por decirme vuestros nombres.
Frodo: Yo soy Frodo Bolsón, y el es Samsagaz Ganso.
Falomir: (Señalando a Sam) ¿Guardaespaldas?
Sam: ¡No! Su novio.
Frodo: (Horrorizado) ¡NOOOOOOO! ¡Es mi jardinero! Y tienes razón. Yo soy el chiquitín de la profecía.
Falomir: ¿Y qué es la Pupita de Isildur?
Frodo: (Poniéndose rojo como un tomate y sudando) Uy, pues no sé...
Falomir: Intuyo que me mientes.
Frodo: Digamos que está escondida y cuando llegue su momento se mostrará.
Falomir: (Sin creérselo demasiado) Ya... sí... claro...
Frodo: Tienes que dejar que nos vayamos. Nuestra misión es muy importante.
Falomir: Por cierto, ¿quién es vuestro amigo? Ese feo y canijo que anda escondiéndose.
Frodo: Ah... pues es... era... nuestro sherpa. Así que si lo veis no le hagáis nada, por favor.
Falomir: No estás en posición de pedir favores, pero me pillas de humor porque he ganado a los dados. Así que ahora id a dormir que yo tengo que hacer caja, a ver si por fin hemos recaudado más que el "4 Queens" y el "Belaggio".

Los dos chiquitines se fueron a dormir de nuevo, pero con el constante ruido de monedas en las máquinas y las canciones de Tom Jones les costó bastante. Hasta que un rato después Frodo fue despertado de nuevo por Falomir.

Falomir: Ven conmigo, que te voy a enseñar algo.

Frodo accedió, ya que pensó que estaría más seguro con el capitán Falomir que durmiendo junto a Sam.