El Señor de los Armarios: Las Dos Probetas

12 de Mayo de 2004, a las 00:00 - Wampag y Oriön
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Capítulo VI: El Abismo de Helmann´s

A ver, tomemos un poco de clases para hacer una evacuación. 1) Advertir la amenaza. 2) Decidir evacuar al pueblo. 3) Comunicárselo al pueblo. Así que en vista de que los dos primeros pasos ya los habían dado, decidieron pasar al tercero. Comunicárselo al pueblo. Y eso fue lo que hizo Juana, que se puso en mitad de la principal plaza de Edoras a leer un bando junto al rey Theodoroen.

Juana: Señoras, señores. Tengo grandes noticias. Si todo sigue como está dentro de unos días van a acabar el paro, la corrupción, la inflación...
Theodoroen: (A Juana en voz baja) ¿¿¡¡Pero qué estás diciendo!!??
Juana: Mi señor, como nos pillen los hombres del Sur aquí no va a quedar títere con cabeza, así que no deberíamos asustar al pueblo. Total, cuando nos maten se van a acabar todos esos problemas.
Theodoroen: Pero hay otras maneras de anunciar la evacuación sin asustar y sin decir tantas mentiras juntas... que no estamos en época de elecciones, hombre. Venga, vuelve a intentarlo.
Juana: Ejem, ejem... olvidad lo de antes, ¿eh? Veamos... Edoras va bien, no se preocupen. Edoras va bien. Pero por seguridad, vamos a ir al Abismo de Helmann´s.
Pueblerino 4: ¿Seguridad? ¿Qué es lo que pasa?
Juana: Oh, nada importante. Simplemente que hay algunos altercados en las tierras fronterizas y nos iremos todos allí hasta que la situación esté bajo control.

En ese momento hubo murmullos de aprobación entre el pueblo. Todos parecían convencidos y dispuestos a ir al Abismo de Helmann´s. Hasta que Juana volvió a abrir la boca.

Juana: Ah, sí. Antes que se me olvide. Ejem... como he dicho la situación es normal y está todo bajo control. Pero, solo por simple curiosidad... ¿alguien tiene una idea de cómo frenar un ejército de orcos y hombres del Sur?.

El pánico comenzó a correr por las calles de Edoras como si se hubiera acabado la Casera tras este comentario. La gente asaltaba comercios, quemaba establos, acaparaba comida, se enzarzaban en peleas masivas. Varios especuladores comenzaron a construir refugios nucleares para venderlos a precio de oro, los comerciantes subieron el precio de las latas de berberechos y el precio de la paja para los caballos se puso por las nubes. Por fin, tras unas horas el rey Theodoroen consiguió tranquilizar al pueblo y Juana leyó un nuevo bando del rey.

Theodoroen: (Con una mano sobre el hombro de Juana y apretándolo) No te salgas del guión que te he dado o te dejo el otro ojo igual.
Juana: (Con un ojo morado) Por orden del rey Theodoroen todo el pueblo será evacuado al Abismo de Helmann´s. Y los orcos y hombres del Sur aun están muy lejos de aquí. Así que calma. Llevad solo lo imprescindible. Nada de TV ni equipos de música.

Así que todo el pueblo hizo las maletas y partió hacia el Abismo de Helmann´s esperando encontrar allí protección. Aunque lo más lógico hubiera sido que los soldados fuesen allí y el pueblo al refugio de El Sagrario, que estaba en las montañas y era más seguro, pero si en la película no lo hicieron no vamos a cambiar eso para liar más al personal. Pero vamos, todo el mundo obedeció, sin que cundiera el pánico ni nada (use sarcasmo el lector), y hasta el propio Argón ayudó a amansar a uno de los caballos con unas palabras en élfico ("Perecainch ajerrl romenaweeeerl machorrl), cual Robert Redford en "El Hombre que susurraba a los caballos", aunque en el caso de Argón, era "El hombre que berreaba a los caballos".
Eowyndows, que se había cambiado otra vez de vestido para impresionar a Argón estaba en un gran salón preparando su equipaje. Mientras tanto jugueteaba con una espada haciendo fintas y poniendo posturitas en plan "Blade", hasta que en uno de sus giros su espada fue detenida por el cuchillo de Argón.

Argón: Sois hábil con la espada.

De un giro hizo que Argón bajara el cuchillo y su espada quedara apuntando al pecho del Montadito de Lomo.

Eowyn: (Guardando la espada en su vaina) Las mujeres de esta tierra aprenden pronto cursillos de autodefensa. Las que no usan la espada perecen a su merced. Yo no tengo miedo a luchar ni a la muerte.
Argón: ¿A qué teme entonces mi señora?
Eowyn: A quedarme para vestir santos. A que los pocos tíos que hay en este sitio palmen en la guerra  yo sea siempre la dama de honor y nunca la novia.
Argón: Sois hija de reyes, escudera de Crujan. Ese no es vuestro destino.
Eowyn: ¿Y eso qué tiene que ver con encontrar marido?
Argón: (Incómodo) Bueno... no lo sé exactamente, pero ¿A que queda bien? Además, siempre podéis recurrir a una agencia matrimonial.

Con estas palabras, Argón hizo una reverencia y salió del salón, mientras a Eowyndos95 se le caía la baba.

Antes de dejar Edoras Gandalf se reunió con Argón, Legoland y Gimli para comunicarles los planes.

Gandalf: Bueno, vosotros id al Abismo de Helmann´s y ayudad todo lo que podáis, que yo tengo que ir a hacer unos recados antes.
Gimli: (Indignado) Sí, claro. Tú te piras de aquí.
Gandalf: Que no hombre, no seas tan malpensado. Yo nada más que voy a echar la Bonoloto y después ya voy a mis asuntos.
Legoland: Er zitio eze del Abismo... me han disho que eh una ratonera.
Gimli: Eso, encima nos manda a una muerte segura.
Gandalf: Que noooo. No pienso abandonaros (aunque ganas no me faltan). Por eso voy a buscar a Ehomer para que venga a ayudar. Vosotros tenéis que resistir hasta que lleguemos. (A Argón) Las defensas... deben resistir.
Argón: (Con gran convicción) Resistirán.
Legoland: ¿Y tú como lo zabes?
Argón: Estooo... bueno, somos los protagonistas y no nos van a matar a mitad de la historia, ¿no?
Gandalf: (Subiendo a Sombradeojos) Al alba del quinto día mira al Este.
Argón: Uy, ¿es una sorpresa? ¿Qué es, qué es? ¿Qué veré? ¿Me traes algo?
Gandalf: Me verás a mí.
Argón: (Decepcionado) Pues vaya.
Gandalf: Y vendré con ayuda, so desagradecidos. ¡¡Arre Sombradeojos!!

Y Gandalf y su veloz corcel se perdieron en la distancia. Pero mientras esto pasaba en Edoras Repelús ya había llegado a Isengard para informar a Saruman de los planes del rey Theodoroen. Al entrar en el despacho de Saruman, Repelús se encontró con varias cámaras de video, y al mago malva sentado en su butaca palmeando la espalda de un orco que estaba a sus pies a cuatro patas. Estaban rodando un spot de televisión.

Saruman: (Hablando a la cámara mientras palmea la espalda del orco cual perro) Yo, a mis campeones, siempre les doy "Orc Chow" porque es un alimento completo compuesto a base de... (Se da cuenta de la presencia de Repelús) ¡Hooola! ¿Qué haces por aquí? ¿Qué ha pasado?
Repelús: El rey me ha descubierto por culpa de Gandalf y me ha echado de Edoras. He venido a informar. Ya sabe lo que se le viene encima.
Saruman: Eso va a complicar mis planes... espero que no me fastidie las vacaciones.
Repelús: Seguro que el rey ha mandado al pueblo al Abismo de Helmann´s. Vaya unos cobardes. Son viejos y niños. No podrán correr. Podemos atraparlos antes de llegar.
Saruman: Pues sin problemas. Vamos a practicar la caza del zorro con ellos. (Dirigiéndose a un orco) ¿Cómo están tus jinetes de huargos?
Orco: Pues verá, señor. Los jinetes bien, pero los huargos han cogido el moquillo, así que hemos tenido que buscar una alternativa.
Saruman: ¿Y qué son? ¿Pastores alemanes, Rottweilers, Dobermans?
Orco: Ejem... no, no. Eso es muy caro, y además nos obligaban a llevarlos con correa y bozal, y así no imponemos respeto.
Saruman: Entonces, ¿qué habéis hecho?
Orco: Pues nuestros jinetes ahora montan en... Yorkshire Terriers.
Repelús: ¿Un orco de dos metros en eso? (NOTA ACLARATORIA: para el que no sepa mucho de perros, un Yorkshire puede tener el tamaño de un gato o ser incluso más pequeño).
Saruman: (Casi llorando) ¿Pero es que nada aquí sale bien?
Orco: Pero no se preocupe señor. Nuestros jinetes han aprendido a montar bien en ellos. Lo malo es que son muy escandalosos y se oyen sus ladridos desde tres kms. de distancia.
Saruman: Mira, me da igual. Manda a tus jinetes de Huar... Manda a tus jinetes de chuchos.

Y así manadas de chuchos y sus jinetes dejaron Isengard, armando un escándalo impresionante de ladridos a su paso.
Unas horas después Argón, Legoland y Gimli estaban ya camino del Abismo de Helmann´s con todo el pueblo de Edoras. La cosa es que el viaje hubiera sido incluso agradable y todo, por el paisaje. Pero claro, teniendo en cuenta lo que se le venía encima la gente no tenía ganas de bromas. Excepto Gimli, que no dejaba de hacer el tonto y Eowyndows95, que estaba aprovechando el viaje para intentar ligarse a Argón, sin dejar de sonreir.

Theodoroen: (A Argón) Hacía mucho tiempo que no veía a mi sobrina sonreír. Estoy empezando a pensar que es porque mis chistes eran muy malos.
Argón: Nooo, ¡hombre, qué va! Si son buenísimos. Lo que pasa es que vivimos malos tiempos, malas fechas. (Pensando) Soy la falsedad personificada, por Dios. 

En una de las payasadas de Gimli las miradas de Argón y Eowyndows se cruzaron.

Argón: (Pensando) Concéntrate. No te enamores. Piensa en Warren.

Y eso hizo. En ese momento Argón se sumió en sus pensamientos y recordó algunos momentos que había pasado con Warren. Recordó sus días felices en Rivendell, en la casa de Elrond, mientras hablaba con la filfa días antes de partir.

Warren: Cariño, ¿has sacado la basura?
Argón: No me fastidies con eso, que estoy muy cansado. Acabo de venir de Bree con cuatro hobbits y con nueve espectros pisándonos los talones, ¿y tú me dices que saque la basura?
Warren: No te quejes, que nunca estás aquí. Nunca haces nada en la casa.
Argón: Lo que me recuerda que tengo que irme con Frodo, pero es que no tengo ni pizca de ganas. Prefiero quedarme aquí aunque tenga que sacar la basura todos los días y limpiar los cristales. Mi camino se esconde de mí.
Warren: Hijo, que trágico te pones para decir que no quieres ir. Pero ya sabes, mi padre dice que deja que nos casemos solo si eres un hombre de provecho y ayudas a destruir el Armario.
Argón: (Con sarcasmo) Tú sí que sabes animarme, ¿eh?

Volviendo a la realidad, toda la peña de gente de Edoras se tomaron un descanso, y Eowyndows había aprovechado para demostrarle a Argón que podía hacerse cargo del apartamento en Torrevieja que compartirían juntos. Así que hizo un potaje.

Eowyn: (A Argón) He preparado algo de estofado, chatorro. No es que sea gran cosa pero al menos está calentito.
Argón: A ver, a veeeeer... (Lo prueba y pone cara de asco). Ajam.... mmmm... mmmmuyyyy... (Mira a Eowyn que está ilusionada)... rico.
Eowyn: Uis, gracias.

Eowyn entonces se dio la vuelta y Argón vio su salvación, porque rápidamente se puso a vomitar como un condenado. Y era normal, era lo más asqueroso que te has podido comer. Además, se parecía así a primera vista a una sopa de pescado crudo.
Sin embargo, a Eowyn no le había parecido suficiente, y volvió.

Eowyn: (Volviéndose) Mi señor, yo... ¿Qué estáis haciendo detrás de esa piedra? Suena como si... como si... como si estuvierais vomitando.

Así era. Argón se puso a vomitar cual niñato un sábado después de un botellón.

Al cabo del rato se reanudó la marcha hacia el abismo, por lo que Eowyn decidió entablar conversación con el viejo truco.

Eowyn: (A Argón) Estoooo... ¿estudias o guerreas?
Argón: Pues empecé Relaciones Públicas, pero como se me da mejor matar ahora soy un Montadito de Lomo, y también he ejercido de niñera para cuatro hobbits pringados, un humano con ansias de poder, un elfo cateto, un enano chulo y un viejo senil.
Eowyn: (Señalando el Cencerro de la Inmortalidad que lleva Argón colgado del cuello) ¿Dónde está?
Argón: ¿Quién? ¿Los hobbits, el elfo, el viejo...?
Eowyn: No, no. Digo que dónde está la mujer que os regaló esa... esa... "eso" que lleváis al cuello.
Argón: Aaaaaah... esa...

Argón comenzó a recordar una conversación con Elrond la noche antes de partir de Rivendell.

Elrond: No me gusta que salgas con mi hija. Eres un pervertido
Argón: ¿Qué culpa tengo yo de estar tan bueno?
Elrond: Vas a hacer que renuncie a la inmortalidad propia de su pueblo. Seguro que le has lavado el cerebro.
Argón: Venga, hombre, no seas tan suspicaz. Yo desearía que se embarcara rumbo a Valinor con los suyos.
Elrond: Pues ya te está faltando tiempo para decírselo. Que no pase de mañana o te rompo las piernas.
Argón: Pero si se queda porque aún tiene esperanza.
Elrond: Y yo me he caído ahora de un guindo. ¿Tú eres tonto? Que de mañana no pasa.
Argón: (Pensando) Mejor que se vaya. No quiero tener a este tío por suegro, y encima inmortal...

Fruto de esta delicada conversación Argón habló con Warren justo antes de salir a la mañana siguiente.

Warren: A ver si esta vez me traes algún recuerdo de tu viaje.
Argón: Eeeem... no sé cómo decir esto, Warren. En fin, creo que deberíamos ver a otras personas.
Warren: (Sorprendida) ¿Estás cortando conmigo?
Argón: Vete con tu pueblo, es lo mejor. (Le devuelve el Cencerro de la Inmortalidad) Fue solo un sueño.
Warren: No, quédatelo tú. Fue un regalo (Pensando: seguro que es que hay otra).

Argón fue sacado de sus pensamientos por Eowyn, que llevaba 6 horas esperando a que terminara de pensar y le respondiera a la pregunta.

Eowyn: ¿Mi señor?
Argón: Partió con los de su linaje a las Tierras Imperecederas.
Eowyn: Aaaah (Pensando: ¡¡Bien!! Vía libre para mí).

Mientras tanto Juana y algunos otros hombres se habían adelantado un poco para explorar el terreno. Pero en una pequeña colina fueron atacados por los orcos y los Yorkshire, a los que ahora llamaremos semi-perros. Los que pudieron escapar de esa emboscada fueron corriendo como posesos a alertar al rey.

Soldado: ¡Nos atacan, nos atacan!
Theodoroen: Desde luego que esta gente sí que sabe como mantener al pueblo tranquilo...
Argón: Tenemos que ir a defendernos.
Theodoroen: De acuerdo: ¡Eowyn! Conduce al pueblo al Abismo de Helmann´s.
Eowyn: Está a punto de conceder el mando a su sobrina. ¿Acepta, cancela o quiere ayuda?
Theodoroen: Acepto, acepto, pero huid ya.

El pueblo huyó en dirección al Abismo, mientras el rey Theodoroen, los soldados, Legoland, Gimli y Argón se quedaban allí para enfrentarse a los semi-perros y sus jinetes. Al momento empezaron a escuchar los ladridos de la jauría, lo que hacía evidente su presencia desde una gran distancia. Los hombres prepararon sus hachas, espadas y arcos para abatir a los semi-perros, pero cuando pudieron ver su tamaño decidieron que era mejor liarse a pisotones con ellos. La batalla fue muy cruenta. Muchos hombres murieron a causa de los ataques orcos, las mordeduras de los chuchos o sus insoportables ladridos, que provocaban ataques de histeria. Incluso se produjo un momento de tensión entre un jinete orco y Theodoroen montado en su caballo. A ver, ¿os acordáis de la escena esa en Mission Impossible II en la que Tom Cruise y el malo se lanzan uno en contra del otro con la moto? Pues casi lo mismo, pero un poco a lo cutre montados cada uno en sus respectivos animales. Theodoroen cogió carrerilla, el orco igual, e hicieron exactamente esa misma escena. Ya al final de la lucha, cuando los hombres de Theodoroen casi habían ganado Argón cayó al suelo por un empujón de un orco, que le robó el Cencerro de la Inmortalidad. Pero ahí no acabó la cosa, sino que fue atrapado por uno de los semi-perros, que lo fue arrastrando de la pernera del pantalón hasta que los dos cayeron por un acantilado. Cuando los restantes orcos y chuchos huían en retirada Legoland y Gimli comenzaron a buscar a Argón. Hasta que a Legoland le llamó la atención un orco que se estaba partiendo de risa, aunque estaba agonizando.

Orco agonizante: ¿Buscas algo, rubito?
Legoland: ¿Dónde ehtá?
Orco agonizante: Dio un pequeño traspiés... junto al acantilado, jejejejeje...
Legoland: No te creo.
Orco agonizante: (Enseñando el Cencerro de la Inmortalidad) Pues mira lo que tengo aquí. Jejejejejjjj... agh... (Murió).

Legoland recogió la joya (por llamarla de alguna manera) de las manos del orco y se asomó al acantilado. Al fondo solo se veía un río, pero ni rastro de Argón ni del semi-perro.

Theodoroen: Ya hemos perdido mucho tiempo aquí. Nos vamos. No hay tiempo ni dinero para funerales. Dejad a los muertos.

Obviamente estaba dando a entender que no era su intención drenar el río para buscar a Argón, así que Legoland y Gimli no tuvieron más remedio que seguir al rey.
Mientras tanto el resto del pueblo había llegado ya al Abismo de Helmann´s. Consistía en una inmensa muralla y una fortaleza a la que llamaban Cuernavilla, que habían sido construidas antaño por un hombre, Helmann´s Manomayonesa, el cual se dedicaba a atacar a sus enemigos con mayonesa pasada, lo que les provocaba una salmonelosis galopante. Al entrar se encontraron con cientos de refugiados en todos lados, haciendo cola para que les concedieran un poquito de caverna subterránea en la que cobijarse. Cuando llegaron los soldados que se quedaron luchando con los semi-perros el rey Theodoroen fue a hablar con el responsable de la fortaleza, Gamelin.

Theodoroen: ¿Qué es este lío? ¿Por qué hay tanta gente? ¿Es el festival Woodstock o qué?
Gamelin: Las noticias vuelan y la gente viene a refugiarse.
Theodoroen: Bueno, pues nosotros venimos de Edoras a lo mismo.
Gamelin: Muy bien. ¿Habéis hecho reserva?
Theodoroen: Uummm... pues no, que yo recuerde.
Gamelin: Pues va a ser un poco complicado cobijaros a todo. Estamos en temporada alta y hay Overbooking.
Theodoroen: No me vengas con eso. Algo podrás hacer.
Gamelin: (Sacando un Pocket PC) A ver que consulte mi base de datos... Bien, os puedo buscar otro refugio en los alrededores de semejantes características, o sea, una sucia caverna subterránea.
Theodoroen: ¡¡Que no, hombre!! ¡¡Que nos quedamos aquí y ya está!!
Gamelin: Sí, claro. Tú te crees que las cavernas se estiran para meter más gente. ¿Es que quieres convertir esto en el camarote de los Hermanos Marx o qué?
Theodoroen: Bueno, pues que entren las mujeres y los niños, y los hombres nos quedaremos fuera a hacer como que los defendemos.
Gamelin: No me parece muy normal, pero en fin... Ekerbrand, que es el jefe de aquí no está y hace semanas que nadie sabe nada de él, así que haremos la vista gorda... si hay soborno, claro...

Mientras el rey terminaba de cerrar el trato, Eowyndows95, con un vestido nuevo que se había puesto para la ocasión, apareció entre los soldados buscando a Argón, pero a quien vio fue a Gimli, lo cual no tiene ni punto de comparación, porque si estás buscando un machote y aparece un tío barbudo que te llega a la altura del pecho, pues vaya desilusión. La cosa es que se acercó para preguntarle por Argón, y éste le contestó con pesar.

Eowyn: (Mirando por encima de Gimli) ¿Y el caballero Argón?
Gimli: Mi señora...
Eowyn: ¿Dónde está?
Gimli: Ha caído... oye, eso tiene su gracia y todo, jejejeje. Porque resulta que se ha caído literalmente por un acantilado, jejejejej... vale, creo que no tiene tanta gracia...

De esta manera Eowyndows95 fue informada del trágico final de Argón, lo que significaba más años de soltería.

Mientras tanto en Isengard, Saruman y Repelús intentaban hallar un modo de atacar el Abismo de Helmann´s, en vista de que los semi-perros no consiguieron su cometido.

Repelús: ¿Qué tal si construimos un caballo de madera gigante y nos escondemos dentro?
Saruman: ¿Tú eres así de tonto o te lo haces? Lo que necesitamos es encontrar un punto débil en la estructura y atacar por allí.
Repelús: Pues podríamos probar a atacar por el desagüe.
Saruman: ¿¿¿Pretendes que mis soldados se arrastren por las cañerías y aparezcan buceando por la taza del váter??? Hombre, desde luego los pillaríamos por sorpresa, porque dudo mucho que nadie espere encontrar un tío en la taza.
Repelús: No, no me refiero a eso. Es un desagüe que hay en mitad del muro. Por ahí podríamos atacar. Pero se necesitaría un ejército de miles.
Saruman: Ay, chico. Qué negativo eres. Mira, ven conmigo al patio de atrás.

El mago condujo a Lengua de Gato al balcón de atrás de Prozac, desde donde pudieron observar un ejército de 10000 Uruk-hais gritando consignas de guerra.

10000 Uruk-Hais: ¡Somos súper, somos guays....!

Hay que reconocer que Repelús es bastante tonto como para no darse cuenta de que hay 10000 bicharracos gritando en el patio de atrás. Saruman salió al balcón cual pregonero de la feria seguido por Repelús y se hizo el silencio entre los orcos.

Saruman: ¿Te parece bien este ejército? ¡¡No habrá amanecer para el mundo de los hombres!! Ya estoy harto de Crujan. Ahora se van a enterar de quién manda aquí.

Tras esto los Uruks abandonaron Isengard camino del Abismo de Helmann´s. Pero, ¿qué pasó con Argón? ¿Se ahogó en el río? ¿Se salvó como Harrison Ford en "El fugitivo"? Bueno, pues muy vivo no quedó, porque apareció unos kms. más abajo del acantilado, flotando boca arriba y lleno de moretones. Lo suyo hubiera sido que hubiese llegado la gente del 061 o del SAMUR, pero lo que ocurrió fue que la figura de Warren se le apareció en sueños y comenzó a hablarle con delicadeza.

Warren: (Con mucho misticismo) Que la gracia de los Valar te proteja... y que la Fuerza te acompañe. (Lo besa delicadamente).

Argón no reacciona. Warren le da un bofetón en la cara.

Warren: (Frotándose la mano dolorida) ¡¡Qué revivas ya, tío flojo!! ¡¡¡Y vas a tener que sacar la basura cuando vuelvas!!!

Argón pareció reaccionar un poco. Fue arrastrado por la corriente hacia la orilla del río, donde lo esperaba su caballo Brego, que lo había acompañado desde Edoras. El animal se acercó a él y comenzó a pasarle el hocico lleno de babas y pelos por la cara.

Argón: (Con los ojos cerrados) Warren... aféitate... (Abre los ojos) ¡Qué asco! ¡Quita, Brego!

Con mucho trabajo Argón se subió al caballo y cabalgó rumbo al Abismo de Helmann´s.
Pero mientras esto pasaba aquí en Rivendell Elrond hablaba con su hija Warren, que estaba en sus aposentos pensando en Argón.

Elrond: Warren, ajrconerl eprichgerarl bromenaruerl candemorenarl. Jarepeich, Valinor ejorrrn epinarwerlcan (Warren, ha llegado la hora de irse. Los barcos zarpan hacia Valinor).
Warren: He tomado mi decisión.
Elornd: ¿Ya estamos con eso? ¿Cuándo vas a admitir que Argón es un rollete de verano? Él no va a volver. Aquí no queda nada para ti.
Warren: ¿Cómo que no? Rivendell se queda vacía. Toda para mí.
Elrond: Em... sí, bueno... Pero hija, él es humano y tu filfa. Sois muy diferentes. ¿No prefieres mejor un chico elfo de buena familia? ¿Qué te parece Haldir de Jarlórien?
Warren: ¡¡Papá!! ¿Tú esnifas? Si Haldir se fija más en mis hermanos Elladan y Elrohir que en mí.
Elrond: Aun así, no quiero que te quedes y renuncies a tu inmortalidad. Imagínate cómo sería tu futuro siendo mortal.

Mientras Elrond describía su futuro Warren vio imágenes de su vida tras la muerte de Argón. Vio el funeral de su amado, y vio lo que parecía un ataúd con una imagen encima, pero en realidad era el cuerpo de Argón conservado en carbonita como en "El imperio contraataca". Luego vio imágenes de ella vagando por los bosques, hasta acabar en un muelle llevando el mismo vestido, por si él volvieeeraaa no se fuera a equivocaaaaaar. En ese momento se dio cuenta que debía apagar la radio, porque estaba mezclando sus visiones de futuro con las canciones de Maná. El caso es que iba a vagar sola por los bosques para a acabar en un asilo. Ese iba a ser su futuro.

Elrond: ¿Lo ves hija? Mejor ven a Valinor donde puedas recordar a Argón tal y como es ahora, que luego se pondrá viejo y arrugado y ya no pegará contigo, que seguirás viviendo unos pocos de años después que él palme. Y además, allí podrías buscar un elfo de buena familia. (Sentándose junto a ella) ¿Tengo al menos tu cariño, hija?
Warren: (Pensando: Sí, claro, después de todo lo que me has dicho... en fin, fingiremos) Tienes mi cariño, padre.

Y mientras tanto los elfos iban dejando Rivendell, con los camiones de mudanzas tras ellos y lámparas que parecen botafumeiros, rumbo a los Puertos Grises. Entre ellos estaba Warren, pero ¿se iría también a los Puertos Grises? ¿O se fugaría de casa para presentarse a Operación Triunfo? ¿O de verdad intentaría ligarse a Haldir? Ya veremos en los libros V y VI.

Entre tanto Argón seguía hacia el Abismo de Helmann´s, pero en su camino vio a lo lejos el ejército de Uruk-hais, por lo que decidió comunicárselo al rey nada más llegar. Pero al primero que vio nada más dejar su caballo fue a Legoland.

Legoland: Llegah tarde.
Argón: Encima con tonterías, después de todo lo que he tenido que pasar... Anda, déjame, que tengo que ver al rey.
Legoland: (Cerrándole el paso) Tío, ehtáh horrorozo.
Argón: (Intentando pasar) Sí, pero llevo prisa...
Legoland: (Sigue cerrándole el paso) Pos podríah uzar Pantene pa ezaz greñas, que a Gandalf le fue bien. Por cierto, que tengo algo pa ti.
Argón: (Desesperado) ¿Si me lo das me dejarás tranquilo?
Legoland: (Dándole el Cencerro de la Inmortalidad) Aquí tienes. Tuve que luchar a muerte con un orco pa quitárzelo...
Argón: Gracias, tío. No es que valga para mucho, pero tiene un cierto valor sentimental. Me hace recordar lo bueno que es no tener suegros elfos.

Pero las acciones de estos dos no estaban pasando desapercibido, sino que allí estaba Eowyndows, a la que se le había puesto el corazón en la boca con nada más verlo. Tal fue la impresión que sólo pudo decir:

Eowyn: ¡Oh Dios mío! (Pensando: ¡¡No voy a quedarme soltera!!)

Así que, rápidamente se empolvó la nariz y se echó colonia, además de arreglarse el pelo (ya no le daba tiempo a cambiarse de modelito), y se dirigió hacia la puerta a la que se dirigía Argón a toda velocidad, donde estaba el rey. Cuando se lo encontró de frente, antes de que Argón pudiera detenerse a saludarla, Eowyn intentó que le hiciera caso.

Eowyn: ¡Chandler Biiing... quiero decir... Argón hijo de Radooooooooón!

Pero como Argón llevaba prisa, sencillamente la apartó con delicadeza, dándole un empujón que un poco más y la manda a Cómpeta a recoger higos chumbos. No, Argón no podía detenerse allí en medio a discutir sobre cómo había caído y qué modelo de Eowyn le gustaba más. Necesitaba hablar con el rey. Entró en la sala del trono con todo el arte con el que se puede entrar en una habitación (y con toda la chulería). Argón encontró al rey hablando de asuntos muy importantes con el resto de sus consejeros.

Theodoroen: ... y el caballero de la Edad Media llega a su castillo, para hablar con su señor y le dice... (Mira a Argón) ¡Argón! ¿Qué haces aquí? Tendrías que estar muerto... Es decir, me alegro de verte.
Argón: Mi señor, tengo que hablar con vos sobre un asunto muy importante.
Theodoroen: ¿No puede esperar? Es que les estoy contando el chiste del caballero de la Edad Media.
Argón: Hombre, esperar, puede esperar... si quiere que el abismo caiga en manos de más de 10.000 uruks.
Theodoroen: Vaya... bueno chicos, tendremos que seguir con el chiste más tarde (Cuando se marcharon los consejeros) Entonces, un ejército de uruks, ¿no? ¿Y qué querrán?
Argón: Es un ejército creado con un solo propósito...
Theodoroen: (Interrumpiendo a Argón) Comer pipas. Juajuajuajuajuajuajua jajaja jeje      je. ¿No te hace gracia?
Argón: No, mi señor. Destruir el mundo de los hombres. Esto es muy serio.
Theodoroen: Bueno, es que me lo habías puesto en bandeja. Bueno, pues nada. Hagamos como hizo Robespierre.
Argón: ¿Crear un Comité de Salud Pública?
Theodoroen: No, hombre, no. Me refiero a...
Argón: ¿¿A cortaros la cabeza??
Theodoroen: ¡No, hombre! Tenemos que...
Argón: ¡Ah! Ya sé. Guillotinamientos en masa. Pero creo que eso es precisamente lo que ellos quieren hacernos.
Theodoroen: ¿¿ME QUIERES DEJAR TERMINAR?? Me refiero a que tenemos que hacer reclutamientos en masa de todos aquellos a los que tenemos disponibles para luchar. Incluso niños, si hace falta.
Argón: Bueno, ¿y si nos pillan los de Derechos Humanos?
Theodoroen: Mmmm... diremos como hace el resto del mundo: se han apuntado ellos solos y han falseado el carné de identidad.
Argón: ¡Ah! Vale, en ese caso... ¿Y qué pasa con la ciudad? ¿Qué medidas vais a tomar para defenderla?
Theodoroen: ¿Medidas? Ninguna. Somos los protagonistas, no podemos morir.
Argón: Pero... si tu la diñas en el quinto libro (Silencio sepulcral) ¡Ah! Pero, ¿no lo sabías?
Theodoroen: No.
Argón: Vaya, ya la he liado. Bueno, no os preocupéis. Por lo menos aún os quedan páginas de protagonismo, ¿no?
Theodoroen: Ejem... sí, pero no es un consuelo. Bueno, no pensemos en eso ahora. Esta ciudad no ha caído nunca y no lo va a hacer ahora. Es una simple regla de tres.
Argón: Bien dicho, mi señor. Iremos a reclutar a la gente. Pero, ¿qué pasa si somos pocos?
Theodoroen: Pues mira, Ehomer estará comiendo Donuts allá donde esté, y los de Cóndor tampoco nos van a ayudar. ¿Dónde estuvo Cóndor cuando lo del chapapote? ¿Dónde estuvo Cóndor cuando nos obligaron a escuchar una y otra vez el COCO-GUAGUA o como se escriba? ¿Dónde estaba Cóndor cuando... cuando...? ¿Dónde estuvo, eh? Argón, estamos muy solos.
Argón: Eso me suena a una peli... Bueno, pues venga. Si esa es tu decisión, a reclutar en masa.

Y eso fue lo que sucedió. Las mujeres y las niñas se quedaron ocultas en las cavernas mientras los hombres y niños aptos para luchar recogían armas, cotas de malla, arcos y cosas así para defenderse en mitad de la batalla. Mientras Argón, Legoland y Gimli repartían los utilitarios, comenzaron una conversación muy interesante.

Argón: (Mientas un niño paseaba al lado de él) Pues yo tampoco los veo tan jóvenes. Han visto muchos inviernos.
Legoland: O mu pocoh.
Argón: ¿Qué quieres decir?
Legoland: Argón, ehta gente a la primera de cambio la va a diñar. Eh una cauza perdida. Yo voto porque noh vayamoh de aquí cin que nadie ce dé cuenta y noh vamoh a vivir la vida.
Argón: Sí, bueno, eso está claro de que todos la van a diñar, pero es que tenemos que ganarnos aliados.
Legoland: ¡Pero ci van a morir! ¿Qué aliadoh te van a queá?
Hombre 42: Ejem... veréis, no hemos podido evitar oír la conversación. ¿Os importaría hablar de eso en élfico y así no nos enteramos?
Argón: ¡Oh, sí, por supuesto! (A Legolas) ¿A jarleish dromenawer pish? (¿Crees de verdad que van a morir?)
Legoland: Ejeirnarl enorl en arwerl (Si no, no lo diría)
Argón: ¡PERENAWERL APEISH ECAN! (PUES ENTONCES MORIRÉ CON ELLOS!)

Y así se cabreó Argón con su amigo Legoland, el cual, ante la idea de haber enfadado a su amigo intentó correr detrás de él, pero de nada sirvió, pues Gimli le detuvo diciéndole que por favor, que se quedara con él porque no le gustaba cómo le miraban los hombres de por allí.

Mientras todo esto ocurría, el rey se encontraba sólo, con Gamelin, el cual le estaba vistiendo (sí, es que el rey, tantos años, y aún no sabe ni atarse los cordones de los zapatos). En esos momentos, el rey se puso dramático y quiso iniciar una conversación con aquel que lo vestía.

Theodoroen: ¿Quién soy, Gamelin?
Gamelin: (Pensando: Oooofú cómo estamos ya con el Alzheimer. Habrá que quedar bien) Ejem... nuestro rey, mi señor.
Theodoroen: ¿Confías en tu rey?
Gamelin: Pues no... quiero decir, sí, claro, claro que confío en vosotros, mi señor. Sois único contando chistes. A ver cuándo acaba el de la Edad Media.
Theodoroen: Este no es momento de contar chistes, mi querido Merlín.
Gamelin: Gamelin.
Theodoroen: ¿Cómo?
Gamelin: Que me llamo Gamelin, y no Merlín.
Theodoroen: Bueno, pues eso, Gamelin, este no es momento de tonterías. Recitaré unos versos para que queden guardados en la memoria de Crujan...

¿Ande andarán el caballo y su jinete?
¿Ande andarán el cuerno y la flauta?
Ande andarán.... las llaves matarile rile rile...

Gamelin: Ajá, unos versos acordes con los tiempos en los que vivimos.
Theodoroen: ¿Cómo hemos llegado a esto?
Gamelin: Pues mira, yo te lo explico. Verás, estamos en medio de una tierra en la que...
Theodoroen: Era una pregunta para que quedara todo en plan místico, no para que me contestaras.
Gamelin: ¡Oh, sí! Claro, mi señor.

Mientras tanto, Argón le daba ánimos a un pobre niño que se encontraba desamparado.

Argón: Nene, ¿y tú quién eres?
Niño: Soy Pozi, hijo de Juana, que murió mientras se enfrentaba a los semi-perros.
Argón: ¡Ah! Oye, ¡qué espada más chula! ¿Me la dejas?

El niño le ofreció la espada para que Argón la probara. Tras darle unas cuantas vueltas y un par de posturas a lo jedi, intentó hacerle chantaje a Pozi.

Argón: Oye, nene, te cambio la espada por unas estampitas de Figo.
Pozi: ¡Figo! ¿Pero qué dices? Si yo soy del Barça.
Argón: Pues ya está. Mira, unas estampitas de él. Y no veas si ha cambiado el uniforme del Barça. Ahora lo tienen blanco, como el del Madrid, ¿no?
Pozi: ¿Tú desde hace cuánto que no sigues el fútbol? Figo se ha ido al Madrid. Es un traidor.
Argón: ¡Ah! Vaya... Bueno, y ¿no me das tu espada? La mía es que está hecha polvo.
Pozi: Sí, claro, y yo mientras allí encima de la muralla sin defenderme, ¿no?
Argón: Pero si vas a morir de todas formas. Si aquí no va a quedar nadie vivo.
Pozi: Me da igual. Yo no te doy la espada.
Argón: (Decepcionado) Pues ahí te quedas con tu espada. Que sepas que es una porrrrrrrquería.
Pozi: Esperad, señor. ¿No vais a decir ningunas palabras de respeto sobre mi padre?
Argón: Francamente, querida. Me importa un bledo.

Tras esta conversación tan profunda entre los dos, volvamos a Argón en solitario, el cual ahora se estaba vistiendo (no, chicas, no os pongáis con los calores que se estaba vistiendo con ropa por encima de otra ropa). Aprovechando el momento, Legoland lo estaba espiando, y cuando fue a coger la espada, éste se la tendió a su amigo rápidamente y le pidió perdón por lo que había pasado. Tras un abrazo de reconciliación tipo "Hay una carta para ti", se escuchó en las afueras del abismo un sonido muy agudo.

Legoland: ¡Ezo no eh un cuerno orco!

Salió corriendo (de hecho, toda la ciudad salió corriendo) a ver quiénes venían. Y, efectivamente, eran los filfos, y que venían cantando chirigotas (de ahí el sonido agudo procedente de las lengüetas esas -lo siento por los que estén leyendo esto que sean de Cádiz, pero es que no sabemos su nombre-). Estaban capitaneados por Haldir de Jarlórien.

Argón: Pero, ¿vosotros qué hacéis aquí? Tendríais que aparecer en el sexto libro, no ahora.
Haldir: Pues, veréis, estábamos de camino y tenía que usar el baño para hacer pipí. ¿Por qué? ¿Qué pasa aquí?
Theodoroen: Estamos a punto de librar una batalla contra unos diez mil uruks.
Haldir: ¡AAAAAAAAAAAAAARG! ¡DIOS MÍO! ¡AAAAAAAAAAAAARG! ¡TENEMOS QUE IRNOS DE AQUIIIIIII!
Theodoroen: De eso nada, ahora os quedáis aquí como macho... Ahora os quedáis aquí. No os vayáis sin haber luchado antes, pedazo de cacho de enjambre de mariposas. A todo esto, ¿quién es esa mujer que os acompaña?
Haldir: Pues no sé. Se nos unió al pasar por Edoras diciendo que buscaba a Argón y...
Argón: (Escondiéndose en el fortín) ¡¡¡AAAAAAHH!!! ¡¡Es ella, la loca de la subasta de hombres!! ¡¡¡¡¡Sacadla de aquí!!!!

Con mucho trabajo los soldados de Crujan consiguieron separar a la mujer de la pierna de Argón, porque ya le había dado caza, y la sacaron del Abismo de Helmann´s a ver si al verla los orcos se rajaban y daban media vuelta.
Así fue como los elfos de Jarlórien se unieron a la batalla por la Tierra Cuarto y Mitad. Y allí se encontraban todos. En mitad de una tormenta, viendo de lejos cómo una mancha negra (como si fuera chapapote) se adentraba en el Abismo de Helmann´s. Tanto hombres como filfos permanecían impasibles al pie de la muralla, observando cómo se acercaba la negra avalancha y rezando Rosarios y Avemarías. Todos estaban expectantes mirando a la lejanía, cuando de repente un relámpago rasgó el cielo y se escuchó un trueno retumbando que hizo que Haldir diera un gritito. En ese momento comenzó a escucharse un ruido metálico, y es que empezó a llover y las gotas se estrellaban contra las armaduras. Los elfos comenzaron a protestar, porque con tanta humedad se les iba a rizar sus melenas, pero después decidieron que tampoco era para tanto y comenzaron a entonar sus hermosos cantos élficos para darse ánimos.

Elfos: (Cantando) It´s rainiiiiiig meeeeeeeeeen, alelujaaaaaaah...

Argón paseaba entre las tropas dando las últimas instrucciones antes de la gran batalla. Y mientras tanto los Uruks ya habían llegado a la muralla. Se detuvieron y comenzaron a golpear sus lanzas contra el suelo al ritmo de "We will rock you", mientras que su cabecilla se subió a un roca para ir cantando el principio de la canción, eso de "buddy, you´re a boy, make a big noise playin´ in the street..." Pero claro, la actuación no iba a durar mucho, y desde las murallas de Cuernavilla un anciano con arco tuvo la amabilidad de invitarle a abandonar la Academia, y de paso la vida con los pies por delante. Y es que con la emoción y el ritmo se le disparó el arco justo cuando el jefe de los Uruks se disponía a interpretar el solo de guitarra eléctrica. Los 9999 orcos que lo acompañaban se quedaron en silencio a la vez cuando vieron lo que pasó, incluidos los que cerraban el ejército y se encontraban todavía a un km. de la muralla. La cosa es que no les gustó lo que habían hecho con su cantante, y como estaban muy unidos se lanzaron a lo bestia contra las murallas, llevando escaleras para el asalto de la fortaleza. Desde dentro de la fortaleza comenzaron a llover mares de flechas y de bombas inteligentes, pero vaya, que siendo 10000 los enemigos aunque palme uno en seguida aparece otro para sustituirlo. Algunos de los uruks ya estaban en la base del muro, apoyando sus escaleras y subiendo cual Romeo. Solo que por norma general en lo alto no les esperaba Julieta, sino más bien hachas y espadas. Legoland y Gimli decidieron regodearse con la muerte y el sufrimiento ajeno e ir contando cuantos orcos iban matando. Y en principio era el filfo el que llevaba ventaja.
Theodoroen estaba muy contento. Se encontraba en lo alto del muro sin dar palo al agua y viendo cómo los elfos y su pueblo se ventilaban a los enemigos, mientras el comía palomitas contemplado el espectáculo. De momento estaban seguros dentro, ya que el enemigo no podría entrar. Incluso tuvo ánimo para alguna fanfarronada.

Theodoroen: (Mirando el ejército de uruks) ¿Esto es todo, Saruman? ¿Esto es todo lo que puedes hacer?
Argón: (Desde otra parte de la muralla) ¡¡¡¡Eeeeeeeehhhh!!!! ¡¡Rey Theodoroen!! ¿Hay Juegos Olímpicos este año en Crujan?
Theodoroen: Ah, pues no. El COI rechazó nuestra candidatura y creo que se los dieron a Cóndor.
Argón: Pues entonces... ¿¿¿a dónde va ese Uruk con una antorcha???
Theodoroen: Uy, que ilusión. A lo mejor es que la antorcha olímpica tiene que pasar por aquí. Creo que bajaré a recoger el relev.... Oye, ¿por qué va a la muralla?

En ese momento Argón cayó en la cuenta de que no podía ser la antorcha olímpica, porque estaban en invierno y todo el mundo sabe que los Juegos Olímpicos son en verano. Y que nadie piense que podrían ser los de invierno, porque para eso tiene que haber nieve. Por eso, el Montadito de Lomo comenzó a gritar como un poseso a su compañero Legoland para que le disparase una flecha o le tirase una granada. Pero fue en vano. Nada de lo que hizo pudo abatir al Uruk-hai olímpico y llegó a la base de la muralla, donde sus compañeros orcos habían instalado una bomba. Claro, al contacto de la llamita todos podemos imaginarnos lo que pasó, y es que cuando algo dice inflamable no hay que tomarlo como un desafío personal. El centro de la muralla saltó por los aires junto a un gran número de elfos, soldados de Crujan y Uruk-hais que fueron puestos en órbita y efectuaron el primer paseo espacial de la historia. Después de ver esto al rey no le quedaron ganas de más fanfarronadas.

Theodoroen: Ups, si lo sé me callo y no le chuleo a Saruman...
Gamelin: Lo sabía. Mira que yo le decía a Ekerbrand que unir las piedras de la muralla con plastilina no sería suficiente, pero con tanto recortar gastos para defensa...

Pero mientras los uruks entraban por el boquete de la muralla, al otro lado de la fortaleza, en la rampa de acceso una tropa de más orcos avanzaban protegiéndose con los escudos igualito que en los cómics de Asterix, en "formación tortuga". Desde lo alto los soldados se empleaban a pedradas con ellos, pero al llegar a la puerta los orcos sacaron una enorme grúa con una bola de demolición y comenzaron a aporrear el portón. Ante esto los hombres lo único que pudieron hacer es atrancar el portón con lo primero que pillaban, es decir, con escombros, rastrojos, masilla, restos de plastilina, etc. Pero ni siquiera eso pudo retener al pedazo de ejército que se les venía encima.

Con la explosión del muro, Argón había caído justo en medio de la batalla, y como es el más chispi guay de la historia, tenía ya a medio ejército elfo detrás para defenderle. Así que, cuando se despertó y vio todo lo que estaba pasando, decidió cargar contra los uruks. Gimli vio que su amigo estaba en peligro, por lo que se tiró desde lo alto del muro, aún a riesgo de caer entre las lanzas de los uruks y convertirse en brocheta de enano. Pero claro, como es otro de nuestros chupi guays protas, tampoco se hizo nada. Legoland estaba arriba de la muralla, y, claro, no iba a ser menos que el enano, pero, necesitaba una llegada abajo más impresionante que el enano.

Legoland: (Pensando: De ezo nada. A mí el enano ehte no me zupera en entradah buenah. Mmmm... Pienza rápido, Legoland. A ver, aquí tieneh una ehcalera. Pero no la vah a bajar así como ci nada. Mmm.. pienza pienza. ¡Mira! Un ehcudo. ¿Y ci me lo pongo en loh pieh y bajo lah ehcalerah como haciendo surf? No, demaziao peligrozo. ¿Y ci me lo pongo en el...?)

Y así fue como Legoland bajó las escaleras, con el escudo puesto en el culo como en un tobogán y disparando flechas, o eso intentó, porque a mitad de camino el escudo se tropezó con una piedra y se fue pegando cabezazos hasta llegar abajo. A pesar de esto, los uruks parecían multiplicarse. Así que, en vista de que todo quisqui estaba cayendo como moscas y que se estaban quedando sin nadie, el rey Theodoroen decidió que todo el mundo se fuera al refugio anti-bombas. Y, aquí, encontramos una contradicción. Si los elfos tenían tan buen oído, ¿por qué no se coscaron de que tenían que irse al refugio? Pues parece ser que Haldir no lo oyó, y Argón intentó avisarle.

Argón: (Con voz de Antonia la de Omaita) ¡Chariiiiini...! Quiero decir... ¡Haaaaaaaldiiiiiiiiiiiir! ¡Sube pa´rriba que nos tenemos que meter en el refugio!
Haldir: ¡Síiiii, voy ahora mismo que le voy a terminar de coser un botón a este elfo!
Argón: (Entrecerrando los ojos para ver mejor) ¡Uy! ¡Qué elfo más feo! Tan negro, tan sucio, tan... un momento. Eso... ¡eso no es un elfo! ¿Qué concepto tiene este de elfo? (A Haldir gritando otra vez) ¡¡¡HALDIIIIIIIIIIIIR!!! ESO NO ES UN ELFO. ESO ES UN UR...

Pero parece ser que Haldir de Jarlórien ya se había dado cuenta de que aquello no era un elfo sin maquillaje, sino un Uruk-Hai que lo había engañado, y ahora mismo le estaba clavando las tijeras en la espalda, lo cual le tuvo que doler mucho a Haldir, y a Argón se le fue la vida con él.

Haldir: ¡¡Argóoooon!! ¡¡Ayúdame!!
Argón: ¡¡NOOOOOOO!! ¡¡HAAAALDIIIIIR!! (Llega hasta él) ¡Oh! Haldir, me duele tanto que te vayas. No deberías ser tú, debería ser yo... ¡Espera! No eres familia de Elrond, no eres familia de Arwen, no eres el presidente del gobierno... ¡Bah! Te dejo que me van a dar a mí también.
Haldir: ¡Argón! ¡Por favor!
Argón: Pero, ¡si te estoy haciendo un favor! ¿No ves que tu pueblo está condenado a desaparecer? Te estoy haciendo un favor y no te curo para que luego no sufras. Anda, andaaaaa... descansa en paz. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del... espera, si todavía no se ha inventado el catolicismo... Nada, ahí te quedas. Bye bye.
Haldir: Argón, por favor, yo que te ayudé el Jarlórien. ¿Por qué no me ayudas ahora?

Y, dándose la vuelta con un movimiento de cabeza a lo anuncio de pelo Pantene para apartar las sucias greñas de la cara, respondió Argón con unas palabras de amor.

Argón: Francamente, querida, me importa un bledo. Espera, creo que eso ya lo dije antes... ¡Qué repetitivo estoy hoy!

Y así dejó Argón a Haldir, mientras el primero corría como un descosido hacia el fortín. En el camino, se encontró con Theodoroen que hablaba con los soldados sobre algunas tácticas de combate.

Theodoroen: ... y el caballero de la Edad Media va y le dice a su señor: ¡Vengo de luchar con tus...! ¡Argón!
Soldado 278: ¿Con tus argón?
Thedoroen: No, no. Me refiero a que Argón está aquí.
Soldado 100: Pero, ¿no era un caballero de la Edad Media?
Theodoroen: ¡Que no hombre! ¡Miradle! Está aquí. (A Argón) ¿Qué? ¿Cómo va la cosa?
Argón: Pues mira, si estuvieras luchando en vez de estar aquí de cháchara te estarías enterando mejor.
Theodoroen: Veeeeeeeeeenga, venga. ¿No ves que yo tengo una imagen pulcra que mantener? Venga, cuéntame.
Argón: Bueno, pues, ¿qué versión quieres? ¿La edulcorada?
Theodoroen: Erm... Sí.
Argón: Vale. (Agarrando al rey por los hombros y meneándolo) ¡¡VAMOS A MORIR!! NOS VAMOS A QUEDAR AQUÍ COMO MISERABLES. ESTAMOS PERDIDOOOOOOOOS.
Thedoroen: Mira, mira, no te pongas gallina. (Pensando: Ya le ha dado el ataque. Necesito deshacerme de él) Mmmm... a ver. Mira, vete con el enano a la puerta a darle leña a los uruks, ¿vale? Así me das tiempo, vemos el vídeo número 42 de Bricomanía sobre "Cómo apuntalar un portón" y os volvéis.
Argón: ¿Cuánto tiempo necesitas?
Theodoroen: Pues... a ver, según la posición de los astros, la forma de la lluvia al caer y el barro, exactamente necesitaremos... toda una vida.
Argón: Me da a mí, no sé, a lo mejor son imaginaciones mías, que no tenemos tanto tiempo.
Theodoroen: Ejem...
Argón: ¡Aaaah! Que también tú usas el sarcasmo...
Theodoroen: ¡¡PUES CLARO, IMBÉCIL!! ¿¿CUÁNTO TIEMPO CREES QUE ME HACE FALTA?? EL QUE PUEDAS DARME, CAZURRO.

Argón no protestó, así que se cogió al enano, quien aceptó de buena gana...

Gimli: (Mientras Argón lo lleva como un saco sobre el hombro) ¡Que no quiero ir! ¡Que me dejes aquí que no quiero morir! ¡Que no soy un suicida como tú, asqueroso!

... y se fue a dar leña a los uruks que intentaban entrar. Pero claro, ¿qué van a hacer un hombre y medio contra los miles de uruks que todavía quedaban vivos? Nada. Así que directamente le dieron paso a los monstruos de Isengard, vamos, que sólo les faltó abrirle las puertas, y de esta forma atravesaron el portón. Todo el mundo, pues como que salió echando le... humo de allí. Así que salieron por patas hacia el fortín, mientras los 5 soldados que quedaban con vida iban haciendo testamento y dejando sus pertenencias a las Hermanitas de los Pobres. Dentro ya por fin se encontraron los 4 soldados (ya uno de ellos había preferido suicidarse), Theodoroen, Gamelin, Argón, Legoland y Gimli. Mientras intentaban formar una barricada delante de la puerta el rey intentó tirarse desde una ventana, cosa que impidieron el enano y el filfo tirándole del pie.

Argón: ¿Hay alguna salida por las cavernas?
Gamelin: Sí, por supuesto. Tenemos una autopista de peaje, pero si vas sin dinero también puedes coger el metro... ¿¿EN SERIO CREES QUE SI HUBIERA SALIDA ESTARÍAMOS AQUÍ BLOQUEANDO LA ENTRADA??
Argón: Qué susceptible el chiquillo. Tampoco es para ponerse así... (Mirando al rey que tiene al enano agarrado a la pierna como una lapa) Eh, Theodoroen, una vez dijisteis que mientras defendiéramos esta fortaleza nunca caería.
Theodoroen: (Intentando zafarse del enano) ¡Sí! ¿Qué pasa? Soy un fantasmón. Vamos a morir todos.
Gimli: (Mirando por la ventana) El chapapote ya llega hasta aquí... ah, no, es que con la luz se ve más... Un momento... ¡está amaneciendo!

En ese momento Argón recordó las palabras que Gandalf le dedicó en su despedida en Edoras.

Gandalf: (Subiendo a Sombradeojos) Al alba del quinto día mira al Este.
Argón: Uy, ¿es una sorpresa? ¿Qué es, qué es? ¿Qué veré? ¿Me traes algo?
Gandalf: Me verás a mí.
Argón: (Decepcionado) Pues vaya.
Gandalf: Y vendré con ayuda, so desagradecidos. ¡¡Arre Sombradeojos!!

Recordando aquellas palabras, a Argón se le puso una sonrisa torva en la cara al pensar en la idea de deshacerse del rey sin tener que ser juzgado por acto de sedición.

Argón: Erm... esto... ¡Theodoroen! Un tema... ¿por qué no cabalgamos por las praderas con el hermoso día que hace hoy?
Theodoroen: (Con desprecio) Tú eres tonto, ¿no?
Argón: ¡Hombre! ¡Date un último gustazo antes de morir! Tú ve montando, que ahora voy yo. Es que le tengo que comentar una cosa a estos dos sobre... el papel higiénico que ponéis aquí.
Theodoroen: ¿Qué le pasa al papel higiénico?
Legoland: (Con voz pija) ¡Rasca, mamá!
Argón: ¡¡ES UNA LIJA DEL VEINTICUATRO!!

Argón se puso a hablar con sus otros tres amigos mientras pensaban cómo deshacerse del rey, mientras éste se montaba en el caballo como podía. Cuando ya habían hablado lo suficiente, Argón se volvió y habló con el rey.

Argón: Bueno, mi querido rey. Ahora montaremos a caballo, abriremos la puerta. Usted saldrá primero y después iremos nosotros detrás. ¡No mire atrás, vaya a ser que le peguen o algo y nos quedemos sin rey!
Theodoroen: ¿Y tú desde cuándo te preocupas por mí?
Argón: Vamos, hombre, limemos asperezas. Salid vos primero y luego lo haremos nosotros.
Theodoroen: ¿Seguro?
Argón: ¿Qué pasa? ¿No confías en nosotros?

Theodoroen ahora miró al enano y al elfo, que estaban escribiendo en una piedra "INRI: aquí yace Theodoroen que murió con honor". Eso a Theodoroen no le gustó, pero, total, ¿qué más le daba? Confiaba en sus amigos...

Salió primero Theodoroen a toda pastilla, levantando la espada en alto y gritando.

Theodoroen: ¡ADELANTE NENAZAAAAAAS!

Y en ese mismo momento, el mismito en el que se "hizo de cuerpo" vivo al ver a tantos uruks con cara de mala idea juntos, en cuanto cruzó el umbral de la puerta, escuchó un sonido de algo pesado y como de una cerradura enorme. Al mirar tras de sí, vio que el portón estaba cerrado. Tras de él estaban Legoland, Gimli y Argón empujando la puerta para que no se abriera, mientras Theodoroen pegaba puñetazos al portón gritando como un poseso.

Theodoroen: ¡¡ABRIDME ESTÚPIDOS!! ¡¡POR VUESTRAS MUELAS!! ¡¡ABRIDME!!

Ninguno de los tres parecía estar dispuesto a abrirles, pero, cuando Argón miró por la ventana, vio una luz que se acercaba resplandeciendo cada vez más.

Argón: (Pensando: ¿Un OVNI? Tendremos que llamar a los de Expediente X... ¡Ah, no! Calla, que todavía no existen. Entonces esa luz sólo puede significar una cosa... ¡¡GANDALF!! Porras, y yo aquí. Tendremos que salir y para hacer el paripé y decirle a Theodoroen que en realidad lo que hacíamos era una táctica para despistar...! Bueno, salgamos.)

Argón comunicó a sus amigos su decisión, y los tres salieron con Argón cabalgando. Allí, encima de un monte (bueno, en realidad eran los escombros de las obras de reformas) estaba Gandalf, de malva. Junto a él había una gran hueste de soldados, capitaneados por el valiente Ehomer.

Gandalf: El rey Theodoroen lucha solo.
Ehomer: Hasta ahora...
Ekerbrand: ¡Eso, eso! Vamos a darles caña a los orcos.
Gandalf: (Mirando extrañando) ¿Tú qué haces aquí?
Ekerbrand: A ver, si lees el libro sabes que soy yo quien tiene que aparecer.
Ehomer: Que no, hombre. No me robes protagonismo.
Ekerbrand: Pero tío...
Gandalf: ¡Qué te vayas ya a tu casa!
Ehomer: De esto nos podemos encargar nosotros.

Y así Ekerbrand despareció para no volver a aparecer en nuestra historia. Mientras tanto Ehomer sacó su espada y levantándola dio la orden a sus hombres de atacar.

Ehomer: ¡¡¡CRUJIRRIM!!!

Ante este grito todos los soldados se dejaron caer cabalgando montaña abajo, cual enjambre de cucarachas, lanzándose contra los orcos que quedaban al pie de la muralla. Pero mientras esto pasaba por aquí en Isengard los Ents se liaban a pedradas contra la gran torre de Prozac, donde s encontraban Saruman y Repelús. Vaya, que pobres de ellos si se les ocurría salir. Los Ents dejaron libre el curso del río que Saruman había contenido en una presa y así se inundaron las cavernas de Isengard, con sus fundiciones, factorías de tanques y academias militares. Fue una inundación por parte de los Ents muy mona. Incluso alguno que otro se puso un bañador rojo y, aprovechando eso, se hizo la presentación para el capítulo piloto de "Los vigilantes de la playa". De fondo se podía oír aquella canción que a todos nos ponía los pelos como escarpias al ver que la hora horrible de aquella serie llegaba (aunque hay que sincerarse: a nadie le gustaba pero todo el mundo la seguía, como el Gran Hermano)

Voz de David Hasselhoff: Iiiiiii´ll beee reaaadyyyy... neeeeveeer youuuu feeeeeaaaaaaaaar....

 Isengard estaba siendo arrasada a base de bien. Pero volvamos a Helmann´s. Cuando los Crujirrim estaban a punto de alcanzar a los orcos Gandalf hizo que un gran brillo malva los cegase para poder despacharlos más a gusto. Los hombres de Ehomer se reunieron con los de Theodoroen y acabaron con la amenaza de los orcos. La batalla del Abismo de Helmann´s había concluido. Así, después de la batalla, todos se reencontraron con sus familias. O sea, que los tres o cuatro soldados que quedaban sueltos por ahí dieron sus últimas palabras de vida al ver a la familia. Eowyndows salió de las cavernas con otro modelito nuevo y súper peinada para reencontrarse con Argón al estilo "Hay una carta para ti", y todos salieron contentos y felices, yendo incluso de excursión con Gandalf mientras Theodoroen le hacía de guía.

Theodoroen: ¡Qué maravilloso momento para contar el chiste del caballero de la Edad Media en el que llega al castillo y...!

FIN DEL LIBRO III

Y a todo esto, ¿nadie ha echado de menos a Frodo y Sam? Pues seguid leyendo el Libro IV y sabréis qué es lo que estaban haciendo mientras tanto.



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