El plan con mis compañeros elfos estaba trazado, el problema era ponerlo en práctica, ya que, a pesar de que los uruks parecían arrastrarse como gusanos, continuaban avanzando sin cesar y nuestras fuerzas comenzaban a agotarse, al igual que nuestra paciencia.
Parece que algo los estimula más allá de sus posibilidades, es increíble que aún se tengan en pie, debe ser el miedo a su terrible señor... o algo en el ambiente, pues incomprensiblemente mis músculos se cansan más rápido que en otras ocasiones. Vosotros, amigos elfos, tal vez podáis sentirlo mejor.
Al fin los dos grandes orcos hicieron el descanso en los lindes de Fangorn, pero cuando estábamos dispuestos a ejecutar nuestro plan, de nuevo Khâmul se apareció de entre la nada esgrimiendo su amedrentador chillido. Corrimos hacia dentro del bosque huyendo del espectro y persiguiendo a los uruks. De repente sucedió algo extraordinario, ¡un ucorno! El árbol con vida, nos impidió capturarlos, pero nos entregó casi en mano los dos sacos. Tomé sin pensarlo uno de ellos y lo cargué sobre mis anchos hombros sin dejar de correr, tal era el miedo que sentía. Cuando tuvimos la oportunidad de tomarnos un respiro, desatamos los sacos y sacamos a los dos montaraces. Los miré detenidamente para comprobar si mis ojos me estaban engañando fruto de un hechizo de ese extraño bosque, pero no eran antiguos compañeros de fatigas.
¡Farahir, Fernando, que grata sorpresa! Recuerdo cuando el sabio Gildor me pidió la ayuda de gente de nuestro pueblo en una peligrosa misión. Vosotros os ofrecisteis inmediatamente y supe que cumpliríais perfectamente cualquier cometido, no en vano tuvistéis un gran maestro - dije sonriendo a mis amigos dúnedain.
Entonces tomó la palabra Farahir, mientras Fernando asentía con cada palabra, contándonos una historia preocupante. El anillo único hallado, el daño de Isildur, la gran mácula que persigue a nuestros señores. Los cuentos de niños se vuelven realidad a cada paso que damos en nuestra misión: los espectros del anillo, árboles con movimiento propio y el anillo de poder.
La inminente guerra se cierne sobre los pueblos libres, debemos salir de este bosque cuanto antes, como dicen los montaraces. Sigamos rumbo al sur hasta dar con el Linclaro, allí daremos esquinazo a Khâmul, pues no se atreverá a cruzarlo. Luego podemos ir hacia el este y volverlo a cruzar par dirigirnos a Lorien.
Mi rostro mostraba ostensiblemente un gesto de felicidad ahora que estaba junto a dos de los míos, los pesares de mi alma parecían más ligeros que nunca. No sabía como se mostrarían cuando les contara mi historia de deshonor, aunque confiaba en nuestra vieja amistad.
All that is gold does not glitter,
Not all those who wander are lost;
The old that is strong does not wither,
Deep roots are not reached by the frost.
From the ashes a fire shall be woken,
A light from the shadows shall spring;
Renewed shall be blade that was broken,
The crownless again shall be king.
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