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Laureth
02 de Septiembre de 2007, a las 22:36 - Laurelin (Telpi en el foro)
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Capítulo 5:
Derufod levantó a sus compañeros, sacudiéndolos. Arod solo susurró o suplicó algo, pero no se levantó. Derufod sacudió a Elfhild, quien se levantó, como de una pesadilla. Derufod se apartó de un salto. - ¿Pero quién...?- Elfhild miró la cara de asombro de su compañero y cambió el tono.- No me ha pasado nada, solo una pesadilla, un mal sueño que... - Elfhild iba a contarle la historia a Derufod, pero éste negó con la cabeza. - No hace falta que me lo cuentes... Además, duermes mal durante estos últimos días y.. - ¿A qué venías?- Elfhild se frotó los ojos, desviando la cabeza hacia otra parte. - Elfhild, ¿te encuentras bien?- Derufod le colocó la mano en el hombro. Elfhild negó con la cabeza. - No te preocupes por un anciano, tienes cosas más importantes en que pensar. Buscó con la mirada a Laureth, que estaba hablando con su yegua. Sonrió a Derufod y éste no supo a qué se debía la sonrisa. - Se llama Laureth, y tiene que irse de Rohan, pues la persiguen. Y no puede ir herida a ninguna parte y...- Derufod bajó la mirada. - ¿Y?- Elfhild se temía lo peor de ese jovenzuelo sin experiencia. - Y le he dicho que le acompañaría hasta las fronteras de Rohan, al menos. No puede ir por ahí con esas heridas, ¿no? - ¡¡¡Pero, Derufooooddd!!!- Elfhild se cabreó de repente.- Tu sabes que tienes que estar dentro de poco en Edoras para traer noticias y Arod y yo estaremos en un eored dentro de poco, y no podemos faltar... - ¡Pero, Elfhild! No puede ir por ahí sola. Y solo la acompañaré yo... No os pasará nada a Arod y a ti... Elfhild suspiró. Derufod se había enamorado y haría lo que fuese para conseguir lo que necesitaba: Estar sola con Laureth. - Hijo, sabes lo que he tenido que hacer para que tú pudieses entrar de rohirrim, ¿eh?- Derufod dijo que no con la cabeza.- Bien, mucho. ¿Vas a desperdiciar esta oportunidad, pequeño? Derufod bajó la cabeza. - Pero yo... Elfhild, nunca había sentido algo igual por una persona y... No es igual al resto de mujeres y...- Derufod suspiró. - ¿Y quieres que nosotros la acompañemos a las Fronteras, aun sabiendo lo que nos puede pasar? - ¿Y a ella? ¿Qué le sucederá a ella? Elfhild miró la cara de Derufod. Parecía un niño pequeño intentando que su padre le diese permiso para montar a un caballo encabritado. - Derufod, ¿Con qué cabeza estás pensando? ¿Con la que llevas sobre los hombros o la entrepierna? - Con ambas, supongo... - Derufod subió los hombros- ¡¿ A qué venía eso?! - Intenta evitar los pensamientos que llegan desde tu segunda cabeza, pues si no, puedes perecer... - ¿Nos vamos con ella?- Arod se levantó. Se fue al lado de Derufod y le dio un golpe con el codo en su brazo.- Pillín, anda que... - ¿Y tú, porque dices eso?- Derufod se desprendió del lado de Arod. - ¡Jas, jas! Siempre te quedas con las mejores... Laureth se giró sintiendo que estaban hablando de ella. Vio como Arod y Derufod se empezaron a pelear en la tierra. Laureth abrió los ojos mucho. - Tranquila, siempre están así.- Elfhild apareció frente a ella. - Se quieren mucho, entonces... - Laureth se calló viendo que Elfhild la miraba serio. Elfhild cambió el semblante. - Demasiado, la verdad. Son como hermanos... ¿Te ayudo con el equipaje? - Oh, no, gracias.- Laureth bajó la cabeza y cogió su arco del suelo apagando un grito de dolor. - No se porque haces eso. No te haría nada. Laureth le miró sin saber qué hacer. Elfhild sonrió. - Entiendo que no confíes en nosotros, pero nosotros si que lo estamos haciendo, así que... - ¿Sois Elfhild?- Laureth le miró a los ojos.- Creo que habláis siempre igual... - Lo soy. - Siento mucho haberme comportado así contigo, pero no sabía que eras tu... Y, mi padre me dejó esto para ti... - Laureth cogió un bulto de su montura y se lo mostró. Elfhild sonrió al descubrir que era su antigua espada, la que le rompió Eored cuando eran jóvenes y discutieron. - No pensaba que me la iba a devolver... Pero, - Elfhild movió la espada, moviéndola- Me gusta. Tu padre era un genio con la espada. - Lo era.- Laureth suspiró.- Creo que con la espada quería decir que defendieses tu punto débil... Nunca lo entendí. Elfhild sonrió. “Eored, siempre cuidando a los demás”. Envainó la espada al mismo tiempo que Derufod y Arod salían de su pelea matutina. - ¿Nueva espada? ¡Qué suerte tienes!- Arod se acercó con curiosidad. Laureth vio que tenía heridas en los brazos y en la cara golpes. Buscó a Derufod que estaba tirado en el suelo. Cuando vio que Laureth se acercaba se levantó. - Siempre me gana, no sé como lo hace... - Derufod tenía lágrimas en los ojos y varios morados en los brazos y en la cara. - ¿No se ha pasado un poco? - No te preocupes, siempre es así. - Yo que tu me pondría algo en las heridas... - No, no, gracias. No son nada. - Lo que tu desees. - Derufod, arriba, nos marchamos.- Elfhild se acercó y lo cogió de los hombros y lo condujo hacia su caballo. Laureth se acercó.- No le sucede nada, es demasiado fuerte.- Laureth no se creía eso, tenía la cara gacha y lágrimas en los ojos, sollozando. Laureth suspiró y subió a Aure. Así empezó otro día de galope.
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