Los secretos del jardín

01 de Junio de 2004, a las 00:00 - Melîreth
Relatos Tolkien - Relatos basados en la obra de Tolkien, de fantasía y poesías :: [enlace]Meneame


Capítulo XLVI Malas impresiones

La mañana parecía apacible cuando abrí los ojos. Desperté a Legolas, la hora del desayuno ya se nos había pasado. Sabía que no habiendo bajado ni a cenar, ni a desayunar, los otros ya estarían pensando lo peor. Legolas se lamentaba por eso.

-¡Maldición!-dijo Legolas mientras se vestía.-Sí (Ahora) pensarán mal de vos.
-No me importa-dije.
-Pero a mí sí. No quiero que piensen algo que fue-dijo Legolas.
-Bueno, bajemos y averigüemos qué piensan-dije.

La compañía entera aún permanecía a la mesa cuando aparecimos. Gandalf hizo un gesto de desaprobación.
-¡Me muero de hambre!-dije y me senté.
-¡Nunca hubiera creído esto de vos!-dijo Aragorn casi gritando.
-¿De qué habláis?-dije llevándome un pedazo de pan a la boca.
-No pueden ni ocultarlo, Ireth-dijo Aragorn visiblemente molesto.
-¡Basta!-dijo Legolas.-No es lo que todos pensáis.
-Pues no me lo creo-dijo Aragorn.
-Deberíais saber, dúnadan, que sería incapaz...
-Pero al parecer ella no-interrumpió Aragorn.

Gandalf, Gimli y Éomer, miraban al príncipe y al rey discutir. Los hobbits continuaban comiendo como era su costumbre.

-Dejadle, Legolas. Que piense lo que quiera-dije levantándome de mi asiento.
-¿A dónde vais?-preguntó Gandalf.
-A donde no me juzguen sin saber que sucedió realmente-dije,
-Pero nadie os...-iba a decir Gandalf.
-¿Nadie? ¿Y Aragorn? ¿Y vosotros con sus miradas?-dije con los ojos llorosos.
-Ireth, no os vayáis...
-Lo siento, Legolas. No soporto este trato-dije encaminándome a la puerta.
-Deberíais, una meretriz debe aprender a soportarlo todo-dijo Aragorn.

Yo me detuve al oír la palabra meretriz, era el colmo. Seguí caminando sabiendo que si volteaba el enfrentamiento sería peor.

-Mejor que no habléis así de ella-dijo Legolas a Aragorn.-No quiero pelear con vos.

Todos se sentaron a la mesa de nuevo. Legolas se sentó al lado de Gandalf y fue detallándole la noche que habíamos pasado él y yo. Gandalf asentía cada vez que Legolas concluía una frase. Aragorn les observaba desde el extremo opuesto de la mesa. Cuando Legolas terminó de contarle la historia al mago, éste se levantó y fue a buscarme, al pasar cerca del dúnadan apoyó una mano en su hombro antes de salir. Legolas también salió furioso de allí. Yo me encaminé a mi alcoba, estaba muy enojada, ni siquiera había sido de Legolas y encima me trataban como si yo fuera una cualquiera; no tenía ganas de hablar con nadie. Puse el pasador para que nadie entrará, cuando di la vuelta casi me voy de espaldas.

-¡Demonios! ¡Que manía tienen los magos de entrar así!-dije al  ver a Gandalf sentado en mi cama.- ¿Qué os sucede, maia?
-Vengo a disculparme-dijo Gandalf.
-Ú-moe edhored, Gandalf (No hay nada que perdonar, Gandalf)-dije sentándome en el piso.
-Legolas me ha narrado lo sucedido. Cuando Aragorn lo sepa, se sentirá tan apenado como yo-dijo Gandalf.
-No quiero que sepa nada, es mejor que siga pensando que soy una...
-Shh, no podemos permitir que lo haga; el dúnadan sería muy duro con vos. Ya sé lo de Calmacil-dijo Gandalf.-Ireth, me alegra saber que vos y Legolas os detuvieron a tiempo. Eru no habría consentido esa entrega. Tenéis que entender la reacción de todos, es muy normal.
-Sí, lo sé, pero el dúnadan pudo haberse guardado lo que pensaba. ¡Oh Gandalf! Yo no puedo más, no puedo más-dije. Por un segundo estuve dispuesta a contarle todo sobre el trato que tenía con Amarië.
-Lo sé, mi niña y lo siento, es duro este trance-dijo Gandalf.-Pero pasará.

Me recargué en las rodillas del maia y allí lloré amargamente. Seis días más y serían difíciles de llevar con esas malas caras por allí. Entonces tomé una decisión. Me levanté, dejando al mago sorprendido y fui hasta el comedor. Todos continuaban allí e incluso Legolas había vuelto.

-Señor de Gondor, Señor de Bosque Negro, necesito hablar con vosotros-dije secamente.

Caminé hacia el jardín y ellos me siguieron.

-Señor de Gondor, ya que os habéis  empeñado en tratarme como una meretriz-dije.-Será bueno que habléis con Gandalf, a menos, claro, que Legolas lo haya hecho.
-Sí, lo hice-dijo Legolas.-Tenía que sacar al dúnadan de su error.
-Lo siento, Ireth, yo...
-No digáis nada más, mi lord. Entiendo vuestra molestia. He querido hablar con vosotros para pedirles que en los días que se avecinan, me dejen tranquila. Al término del sexto día, os comunicaré cuál ha sido mi decisión-dije.-Hasta entonces, os lo suplico, déjenme tranquila.
-Pero Ireth, no me alejéis-dijo Legolas.-Acepto, pero no quiero estar lejos de vos.
-Yo acepto, mi lady. Y espero no haberos herido-dijo Aragorn.
-No os preocupéis, a mí casi nada me hiere en estos días-mentí, porque las palabras de Aragorn me habían dolido mucho.

Los dos se quedaron allí, viéndome enfilar hacia el río. Ambos tenían ganas de seguirme, pero ambos eran unos caballeros, ninguno lo haría.

Pasar las tardes en el río, era lo mejor que hacía. Había escrito cartas para mis padres, para Cirnellë y una para Legolas. Guardé mi primer carcaj en una caja para Legolas II. No desayunaba con la compañía y a decir de Frodo, ellos me extrañaban mucho. Gimli ni siquiera hablaba conmigo, habría sido casi una descortesía de Legolas, así pensaban ellos. Gimli, pensaba que yo no me iba a decidir por Legolas. Éomer era buena compañía hasta que empezó a hablar de Calmacil, de Legolas y de todo ese asunto. Faltaban dos días para que Amarië viniera y dos días dar mi respuesta. Dos días que pasarían más rápido de lo que yo hubiera querido.

-Hace días que no os veo, ni siquiera por los jardines-dijo Gandalf.
-La verdad es que prefiero estar sola, tranquila-dije.
-¿Y en los jardines no tenéis tranquilidad?-preguntó el mago.
-No a mi gusto, me gusta esta alcoba, mis cosas-dije con un dejo de tristeza.
-He visto a Legolas apresurado. Viajó hasta Rohan con Éomer. Tardaron menos de cuatro días en ir y venir...
-No me importa-lo interrumpí.
-Debería importaros, sé que fue en busca del presente de compromiso-dijo Gandalf.
-Demasiado tarde-dije sin pensar.-Me queda sólo ésta noche.
-¿A qué os referís?-quiso saber Gandalf.
-Nada, nada. Pensaba en un antiguo canto-disimulé.
-No lo recuerdo, y eso que yo soy antiguo-dijo Gandalf.
-Quizá lo estoy recitando mal-dije.

Gandalf se fue después de recitarme canciones verdaderamente antiguas. Mi última noche en esa alcoba. La recorrí con la mirada, buscando todo aquello que nunca más tendría, las charlas con Aragorn, los besos y abrazos de Legolas. Entonces me descubrí pensando en el presente de compromiso de Legolas. Me habría gustado recibirlo, aceptarlo y después casarme con él pero nunca habría estado tranquila sabiendo que el dúnadan era infeliz por mi culpa. Además Amarië podía matarles a todos. No, yo no podía seguir con mi vida y ver a Aragorn llorando por los rincones.

Necesitaba contarle a alguien lo que me sucedía. Tener un apoyo esa noche. Pero Legolas me habría impedido entregarme a Amarië. Gandalf habría inventado cualquier cosa para detenerme. Gimli se lo habría contado inmediatamente a Legolas. Pippin tenía la boca demasiado floja. Sam se pondría nervioso y los demás lo notarían. Éomer se habría preocupado y Aragorn podía descubrir lo que él sabía, impidiéndome llevar al cabo el plan. Sólo me quedaba Frodo, así que lo busqué.

-¿Qué se os ofrece?-preguntó Frodo.
-Deciros un par de cosas, melda (querido) Frodo-dije.-Me iré mañana, pero os dejaré a todos un hermoso regalo. Nadie debe saberlo, Frodo hijo de Drogo. Quiero que entreguéis éstas cartas, cada cual tiene el nombre del destinatario. Lo haréis cuando me haya ido-le entregué un paquete con mis misivas.-Sé que están en buenas manos, confío en vos. Además, quiero pediros que mañana, muy temprano, estéis cerca de la explanada central, para recibir el último de mis encargos, mi regalo para todos vosotros.
-Pero, mi lady, no podéis...
-Frodo, prometedme que haréis lo que os he pedido-dije.
-Así lo haré, conforme a vuestra voluntad-dijo Frodo.-Más no niego que tengo muchas preguntas sin respuesta.
-Lo sé y mañana mismo tendréis todas las respuestas. No llevéis a nadie a la explanada, ni se lo digas a nadie-concluí.



1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30

  
 

subir

Películas y Fan Film
Tolkien y su obra
Fenómenos: trabajos de los fans
 Noticias
 Multimedia
 Fenopaedia
 Reportajes
 Taller de Fans
 Relatos
 Música
 Humor
Rol, Juegos, Videojuegos, Cartas, etc.
Otras obras de Fantasía y Ciencia-Ficción

Ayuda a mantener esta web




Nombre: 
Clave: 


Entrar en el Mapa de la Tierra Media con Google Maps

Mapa de la Tierra Media con Google Maps
Colaboramos con: Doce Moradas, Ted Nasmith, John Howe.
Miembro de TheOneRing.net Community - RSS Feed Add to Google
Qui�nes somos/Notas legalesCont�ctanosEnl�zanos
Elfenomeno.com
Noticias Tolkien - El Señor de los AnillosReportajes, ensayos y relatos sobre la obra de TolkienFenopaedia: La Enciclopedia Tolkien Online de Elfenomeno.comFotogramas, ilustraciones, maquetas y todos los trabajos relacionados con Tolkien, El Silmarillion, El Señor de los Anillos, etc.Tienda Amazon - Elfenomeno.com name=Foro Tolkien - El Señor de los Anillos