La última integrante

XIII

Dentro del castillo se encuentra Éowyn alistando sus cosas, abre su baúl, ve una espada y se pone a practicar con ella, y de repente es interrumpida por Aragorn. Quien nota la habilidad de la joven con la espada. Éowyn le responde que las mujeres de esa tierra aprendieron hace tiempo y las que no las empuñan mueren a su merced y no le teme al dolor ni a la muerte. Aragorn la mira con curiosidad.
- ¿A que le temes entonces? -pregunta Aragorn.
- A una jaula. -responde Éowyn - A empuñar sus barrotes hasta que la edad y la costumbre los acepte, y toda opción al valor ceda al recuerdo y al deseo.
- Eres hija de reyes, escudera de Rohan, no creo que ese sea tu destino. -responde Aragorn.
Aragorn le hace una venia y se retira. Éowyn por su parte queda prendada por los modales de Aragorn y por la manera como la trata, siente que cada vez que está cerca de él su corazón comienza a latir con fuerza.
Salen de la ciudad y van caminando lejos de Edoras. Théoden va a la cabeza con sus guardias y voltea para ver por última vez su Castillo, el cual lo contempla con tristeza.

Théoden conduce a su gente hacia Cuernavilla donde está ubicado el Abismo de Helm. Gimli subido a un caballo conversa con Éowyn sobre las mujeres enanas, ambos ríen mientras detrás de ellos están Théoden, Aragorn y Marah. Hasta que el caballo de Gimli se arrebata y lo bota a un lado del camino. Éowyn corre detrás para ayudar a Gimli mientras se ríe de lo ocurrido. Théoden ve que su sobrina está volviendo a sonreír después de tanto tiempo y presume que es por la presencia de Aragorn.
- Hacía mucho que no veía sonreír a mi sobrina. -cuenta Théoden- Era una niña cuando trajeron a su padre muerto, descuartizado por orcos. Contempló cómo su madre sucumbía al dolor. Luego, ya sola y temerosa, vivió sólo para atender a su rey. Condenada a servir a un anciano, que hubo de quererla como un padre.
Éowyn mira con dulzura a Aragorn mientras ríe. Marah se da cuenta que desde que Aragorn llegó a Edoras, la joven sobrina del Rey se había fijado en él. Y cuando veía la actitud de Éowyn hacia Aragorn no decía nada, pues ella no era nadie para meterse en lo que no le importaba, y solo atinaba a observar lo evidente, además Marah sabía que Aragorn nunca iba a dejar de pensar en Arwen por más lejos que esté de ella. Así que solo mira de soslayo a Aragorn mientras continúan cabalgando.

Ya es pasado el medio día y se detienen a descansar. Legolas se aparta del grupo y se sienta mirando hacia el horizonte. Gimli da vueltas tratando de encontrar a Legolas y molestarlo un poco. Marah se sienta en una roca, agarra el colgante de su madre que tiene en el cuello y cierra los ojos. Aragorn se acerca a ella y la ve en aquella actitud, en eso busca con la mirada a Legolas y lo ve alejado del grupo.
- ¿Lo extrañas? -pregunta Aragorn.
- ¿Disculpa? -responde Marah reaccionando.
- A Haldir. -dice Aragorn- Lo amas .... ¿verdad?
- Por supuesto que lo amo. -responde Marah- Es mi padre.
- ¿Haldir es tu padre? -pregunta con sorpresa Aragorn.
- ¿Acaso no lo sabias? -pregunta a su vez Marah- ¿Quién creías que era él?
- Perdóname.... -responde Aragorn- Yo sabía que Haldir se había enamorado de una guerrera valquiria, con el don de la larga vida y pensé que eras tú.
- ¿Eso pensaste? -pregunta Marah riendo.
- La verdad si... -responde Aragorn- Y por eso te pido disculpas, por haber pensado erróneamente.
- No hay problema Aragorn... -responde Marah riéndose- (luego de una pausa) ... Mi abuela era nieta de la gran Valkyria, ella sedujo a Isildur y se embarazó de él, por eso mi madre fue dotada de larga vida, por la sangre de Valkyria y los dúnedain... Ella se enamoró de Haldir, abandonó a las amazonas y ambos se casaron en Lórien. Ahí yo nací y viví por muchísimos años. Hasta que mi madre quiso ir a pedir el perdón de mi abuela y sucedió una desgracia... yo llegué demasiado tarde y maldije a mi padre por no haberme dejado ir antes, a ayudar a mi madre y viví con eso por mucho tiempo. Gandalf me ayudó a sanar mi corazón llevándome a Imladris ahí conocí a Elrond y a su familia. No me fue difícil convivir con ellos por un buen tiempo, luego regresé a las Montañas Blancas con mi gente. Y cuando tú llegaste a Rivendel, Elrond me mandó a llamar para que estés con alguien de confianza que se encargue de ti tras la muerte de tu madre y me quedé contigo por cerca de dieciocho años y mientras estaba con ustedes me llamaban Elanor, como me llamaba mi padre en Lórien. Ya de regreso con mi gente conocí a tu adorada Arwen... y bueno .... lo demás ya lo conoces.
- Cuando te volví a ver no te reconocí a primera vista por la ropa y el nombre amazona que llevas. -responde Aragorn- Yo te tenía en mi memoria con otra imagen y otro nombre. Pero me gusta tu nuevo nombre... es encantador...
Marah se ríe mientras saca un paquete y lo abre.
- ¿Quieres algo de comer? -pregunta Marah, mientras le ofrece un pedazo de pan de lembas- Cuando viajo prefiero comer ligero y bueno... ya no queda mucho...
- Hannon le -responde Aragorn. 
Y justo cuando Aragorn iba a recibir un pedazo de lembas, Éowyn se acerca a ellos con una ollita de barro llena de comida.
- ¿Marah deseas algo de estofado? -le pregunta Éowyn mientras le ofrece un plato.
- No gracias -responde amablemente Marah, mientras tiene el pan en la mano- Se ve delicioso pero ya estoy comiendo algo.
- Esta bien -responde Éowyn sonriente- ¿Y tu Aragorn, quieres un poco? Está caliente.
Aragorn agradece, coge el plato y se lleva una cucharada a su boca, pero el estofado está caliente y el sabor no es muy bueno, pero Aragorn se lo tuvo que tragar para no hacer sentir mal a Éowyn. Marah lo mira con gracia y se ríe para sus adentros.
- Esta muy rico... -dice Aragorn, tragando saliva.
- ¿En serio?? -pregunta Éowyn entusiasmada y un poco sonrojada.
Aragorn sonríe y Éowyn se da la media vuelta y se aleja contenta. Aragorn al ver que se alejaba le quita a Marah el pedazo de lembas que tenía en la mano y se lo esconde en la ropa y cuando le iba a quitar otro pedazo, Marah riéndose de un salto se levanta y lo provoca con el otro pedazo de pan.
- Come tu estofado, querido Aragorn. -dice Marah riéndose mientras se aleja.
Aragorn, come el pan y cuando se disponía a botar el estofado, Éowyn se le acerca.
- Mi tío me contó algo extraño. -dice Éowyn- Dice que fuiste a la guerra con Thengel, mi abuelo. Pero debe de estar equivocado.
- El rey Théoden tiene buena memoria. -responde Aragorn- Era sólo un niño en ese entonces.
- Tu debes tener entonces sesenta... -pregunta asombrada Éowyn.
Aragorn mueve la cabeza negativamente
- ¿Setenta?... -pregunta con inquietud Éowyn- ¿Ochenta?... No puede ser.
- Ochenta y siete. -responde Aragorn.
- Entonces eres un Dunedain. -precisa Éowyn- Un descendiente de Númenor con el don de la larga vida. Se contaba que tu raza pasó a ser leyenda.
- Quedamos muy pocos. Hace ya tiempo que se extinguió el reino del norte. -responde Aragorn.
- Lo siento. Por favor, come. -le dice Éowyn y se aleja.

Gamelin da la voz para que acampen y puedan pasar la noche. Marah se dirige a buscar a Legolas y Gimli. Ve a Legolas y se acerca él. Legolas la ve de lejos y se aleja silencioso. Marah se siente mal y se aleja en dirección contraria. Aragorn la ve alejarse y se acerca a ella. 
- ¿Has visto a Legolas? -pregunta Aragorn.
- Esta con Gimli -responde Marah con voz lacónica.
Aragorn la mira y deja que se vaya. Llega la noche y todos duermen excepto los guardias que vigilan los parajes y a la gente. Marah se encuentra debajo de un árbol mientras mira el colgante y vaga en los recuerdos de su memoria. Y de vez en cuando se pregunta por qué Legolas cambia de actitud cuando ella está cerca, pues piensa que cambió mucho desde Amon Hen, o tal vez desde antes. Legolas por su parte ve a Marah desde lo lejos y a pesar que todo lo que siente no se aleja de su cometido que es ayudar a los demás a costa de su propia felicidad, y se propuso a cuidar de Marah cuando esté en peligro y devolverla sana y salva ante Haldir, aunque por más que lo intente, la sola presencia de Marah hace que su corazón lata con mas fuerza cada vez.

Aragorn también alejado del resto descansa y en sus sueños aparece su amada Arwen, quien, esté donde esté, siempre está presente en sus pensamientos, y por la magia de los elfos y el amor que tiene hacia él siempre se comunica mentalmente con Aragorn. Ella le da esperanzas y que continúe su camino, pues tiene que ayudar a Frodo a que cumpla con su misión. Y cuando se le agote la fe en todo lo demás, que tenga fe en su corazón y en su amor.