La última integrante

XXV

La batalla ya había empezado en los Campos de Pelennor. Pues el Rey Théoden ya había llegado a ayudar con sus fuerzas a Gondor. Théoden había comandado sus fuerzas contra los orcos, los cuales fueron arremetidos bajo las espadas y cascos de los caballos y sus jinetes, ya habían ganado buen tramo contra los orcos cuando en ese momento aparecen los Haradrim con sus gigantescos olifantes y al verlos Théoden ordena a sus Rohirrim que se agrupen hacia él para continuar, cuando de repente se escucha el chillido del Nazgûl. Théoden levanta la mirada y ve llegar hacia él, el Rey Brujo. El Nazgûl coge el caballo del Rey junto con éste y lo hace volar por los aire y lo estrella contra el suelo. Éowyn quien estaba cerca lo ve todo horrorizada. Théoden cae y su caballo encima de él. El Nazgûl camina hacia Théoden amenazante dispuesto a comérselo. Cuando Éowyn se interpone entre el Nazgûl y su tío, levanta su espada y amenaza al Rey Brujo.
- Te mataré si lo tocas. -replica con furia Éowyn.
- No te interpongas entre un Nazgûl y su presa. -le responde el Rey Brujo.

El Nazgûl se dispone a atacar a Éowyn cuando ella en un arranque de furia, coge su espada y le cercena la cabeza al Nazgûl. Éste cae y a su vez cae el Rey Brujo quien se incorpora inmediatamente y saca una gran cadena y en la punta tenía como un artefacto con púas y se la lanza a Éowyn quien lo esquiva con rapidez. Ella coge un escudo e intenta cubrirse. Théoden ve al joven rohir que lucha por salvarle la vida y reconoce a aquel que hizo lo mismo cuando un orco lo quiso matar a traición. El rey brujo vuelve a arremeter contra Éowyn y llega a destruirle el escudo, hiriéndole a Éowyn en el brazo izquierdo, quien cae encima del caballo de su tío. El Rey Brujo se acerca a ella pensando que es un joven rohir, lo coge del cuello y lo levanta.
- Tonto.... -replica el rey Brujo mientras tenía de cuello a Éowyn- Ningún hombre puede matarme... muere ahora....
Pero en ese momento por detrás del Rey Brujo aparece Merry y le clava su espada en la pierna. Éste suelta a Éowyn por el dolor que le causó la herida echa por el hobbit y cae de rodillas. Pero la espada llega a quemar a Merry y éste cae gimiendo de dolor. Éowyn se incorpora se saca el casco y deja en descubierto su larga cabellera y rostro femenino.
- Yo no soy un hombre. -le dice Éowyn al Rey Brujo botando lejos de sí el casco.
Y de coge su espada y le atraviesa el rostro al rey Brujo, pero ella también siente que la espada le quema y retrocede gritando de dolor al igual que Merry.
El Rey Brujo se retuerce y comienza a arrugarse mientras se escucha un grito de dolor, hasta que llega a desintegrarse por completo. Éowyn cae al suelo rendida.

A lo lejos se distingue un tropel de fantasmas que van llegando y junto a ellos, llegan Marah, Elladan, Elrohir, Legolas, Aragorn con Halbarad y Gimli, dispuestos a ayudar a los soldados de Rohan y Gondor. Al llegar los fantasmas inmediatamente se disponen a cumplir su palabra y van matando a todo enemigo que se cruza en su camino. Aragorn y los demás por su parte van haciendo lo suyo. Éowyn se arrastra entre los muertos y en por detrás de ella aparece Gothmog el jefe orco que dirigía el primer ataque, a quien ella pensó que lo había matado, pero tan solo le había roto la pierna y se estaba arrastrando detrás de ella para matarla. Éowyn intenta coger una espada de un caballo caído pero no lo consigue. En el momento que Gothmog levantaba su espada para matarla, aparece Marah y ve la actitud del orco y de un solo tajo le corta el brazo y de ahí la cabeza y continúa su camino, sin percatarse de la presencia de Éowyn. Legolas va detrás de Marah disparando sus flechas hacia los orcos que aún quedaban. Legolas ve que un olifante se acerca a sus compañeros y de su silla uno de los haradrim lanza una flecha y atraviesa a Halbarad, matándolo en el acto. Legolas ve aquello y corre hacia el olifante y con una destreza única trepa por las piernas del olifante utilizando las flechas atravesadas como escalera y llega a matar a los que estaban arriba del animal y corta la silla de éste y todos caen junto a su guía, sube hasta la cabeza del olifante y le dispara en la cabeza y éste cae y con un salto acrobático, Legolas cae al suelo sin un solo rasguño. Elrohir pelea junto a Marah mientras Aragorn y los demás van haciendo lo suyo contra los que van quedando en los Campos de Pelennor, pues los fantasma se encargaron de vaciar de enemigos la Ciudad de Minas Tirith. Como hormigas se metieron y dieron muerte a todos los orcos salvando de esta manera la ciudad.

Éowyn aún mal herida se arrastra hasta llegar donde se encontraba su tío. Al verlo se acerca a él. Théoden aún estaba debajo de su caballo desangrándose. La mira y ella lo abraza, él le acaricia el rostro y la mira con dulzura.
- Reconozco tu rostro. -susurra Théoden- Éowyn..... mi vista se oscurece.
- No, no, no... repite Éowyn con los ojos llenos de lágrimas- Yo voy a salvarte....
- Lo acabas de hacer.... -responde Théoden con un hilo de voz- Éowyn, mi cuerpo está quebrado. Tienes que dejar que me vaya.... (le dice mientras ve a su sobrina sollozar) Me voy con mis ancestros, en cuya poderosa compañía, podré estar sin avergonzarme ... Éowyn....
Théoden da un suspiro y muere. Éowyn llora amargamente la muerte de su tío mientras lo abraza.

La victoria es alcanzada. Los fantasmas regresan a los Campos luego de haber limpiado hasta el último orco de la Ciudad. De la cual salen soldados, junto a Gandalf y Pippin quienes van al encuentro de los integrantes de la Compañía Gris. Aragorn se coloca delante de todos y el rey de los Muertos reúne a sus soldados.
- Libéranos. -le pide el Rey de los Muertos.
- Mala idea. -interrumpe Gimli- Son muy útiles cuando hay aprietos, a pesar de estar muertos.
El Rey de los Muertos lo mira con mala cara y Gimli retrocede, Marah lo jala hacia un lado.
- Nos dio su palabra. -insiste el Rey de los muertos.
Aragorn sabe que ellos cumplieron con su parte del trato, así que era motivo que él hiciera lo mismo.
- Su juramento ha sido cumplido. -responde Aragorn- Váyanse, estén en paz.
El Rey de los Muertos sonríe aliviado y desaparece lentamente junto a sus demás soldados. Al final solo queda un viento que se lleva las cenizas de la batalla. Gandalf se acerca a Aragorn.
- Hiciste lo correcto.... -dice Gandalf.
Legolas se vuelve hacia Marah, pero se distrae al ver a Pippin correr en búsqueda de Merry. Legolas sigue a Pippin al ver que Marah desapareció junto a los demás Rohirrim y soldados que van buscando sobrevivientes entre los cuerpos caídos. Aragorn no sabía de la muerte de su primo hasta que lo ve muerto sobre su caballo, Aragorn, se arrodilla, coloca su mano en el pecho y le cierra los ojos.
- Ve en paz, Halbarad... descendiente de los grandes Reyes.. -susurra Aragorn, mientras Gandalf mira la escena con pena.

Pippin encuentra entre los cuerpos la capa de Merry, la levanta y sigue buscando el cuerpo de su amigo. Cuando entre las patas de un olifante había un orco tendido en el suelo y se mueve, Legolas apunta su flecha, pero distingue que algo está debajo de él, Pippin corre hacia el orco y con ayuda de Legolas sacan a Merry de debajo de ese. Merry reacciona y ve a su primo sollozando de alegría al encontrarlo con vida.
- Merry, soy yo... -susurra Pippin- ... mírame, soy yo... Pippin....
- Sabía que me encontrarías. -responde Merry con un hilo de voz- ¿Me vas a abandonar?
- Claro que no.... yo voy a cuidar de ti -responde Pippin.
Legolas carga a Merry y lo lleva junto a Pippin y a los demás hacia las Casas de Curación.

Éomer continúa buscando algún sobreviviente junto con su gente cuando ve a su hermana tirada en el suelo ensangrentada y corre hacia ella, gritando de impotencia. Marah lo escucha y va corriendo hacia él. Éomer cae de rodillas y levanta a su hermana del suelo. Aragorn a lo lejos mira aquella escena petrificado mientras sus ojos se llenan de lágrimas. Marah ayuda a Éomer a levantar a Éowyn y ambos seguidos por los demás que llevan a sus heridos se dirigen hasta las Casas de Curación.