La última integrante

VII

La Comunidad corre a través de los campos para alejarse de Moria, cuando de repente salen de las cavernas de Moria una gran cantidad de orcos que persiguen a la Comunidad. Aragorn manda a los hobbits que se adelanten mientras él, Marah, Legolas Boromir y Gimli intentan hacerles retroceder. Luego de una pequeña lucha llegan matar al grupo de orcos que venían detrás de ellos. La comunidad una vez salvo corre detrás de los hobbits e ingresan al Bosque de Lórien. De repente Marah se detiene y su corazón comienza a latir con mucha fuerza, sabe que volverá a ver a su padre y no sabe si se siente preparada para enfrentarlo, Aragorn quien no sabe que Haldir es padre de Marah, ve su actitud y la alienta, pues cree que es sólo el cansancio.

Al fin llegan a ingresar a los dominios de Lothlórien, cruzan un campo verde, y atraviesa un bosque muy hermoso lleno de musgo y hojas que caen lentamente al suelo, Marah cierra los ojos y respira profundamente, se sentía en casa.
- No os alejéis, hobbits. -indica Gimli- Cuentan que una gran hechicera habita estos bosques. Una bruja elfa, de terrible poder. Todo el que la mira cae presa de su hechizo... y nunca se les vuelve a ver.
En ese momento Frodo escucha una dulce voz de la Dama de Lórien pero le habla del mal que lleva consigo en el Anillo y el hobbit llega a ver en su mente los ojos de la Dama y se asusta.
- Pues aquí hay un enano al que no embrujará con facilidad. -presume Gimli- Tengo ojos de halcón y oído de zorro. Oh...
En ese momento varios elfos silvanos aparecen apuntándolos con sus arcos preparados para disparar alrededor de la compañía. Legolas apunta con su propio arco a los demás. La Comunidad mira alrededor, alarmada. En eso dos elfos que estaban apuntando a la Comunidad se dan cuenta de Marah que está detrás, encapuchada, la reconocen, bajan sus armas y sonríen extrañados, Aragorn da cuenta de ello sin explicarse el motivo. De repente un alto elfo de pelo dorado se abre paso entre los otros.
- El enano respira tan fuerte como para alcanzarle en la oscuridad. -replica calmadamente Haldir.
Marah ve a su padre, baja la cabeza y se esconde detrás de Boromir. Aragorn de adelanta y se dirige a Haldir.
- Haldir o Lórien. Henion aníron, boe ammen i dulu lîn.. (Venimos en busca de ayuda) -suplica Aragorn.
- Están en el reino de la Dama del Bosque, pueden venir, pero el enano deberá de vendarse los ojos, sino nadie ingresa. -ordena Haldir.
Los elfos comandados por Haldir los conducen a un flet que está cerca de ahí pues ha caído la noche y necesita el permiso de la Dama de Lórien para que puedan ingresar a Caras Galadhon.
La Comunidad se acomoda en una plataforma sobre un árbol entre el follaje. Ahí Haldir se disculpa por su rudeza inicial y les da la bienvenida uno por uno.
- Mae govannen, Legolas Thranduilion. (Bienvenido Legolas, hijo de Thranduil)-dice Haldir.
- Govannas vîn gwennen le, Haldir o Lórien. (Nuestra comunidad esta en deuda contigo) -responde Legolas.
- A Aragorn in Dúnedain istannen le ammen. (Aragorn, de los Dunedain, nos eres muy conocido) -replica Haldir con una sonrisa.
- Haldir o Lórien. (Haldir de Lorien) -responde Aragorn mientras baja la cabeza en señal de respeto.
- Haira lúmello! Marah (Cuánto tiempo! Marah) -dice Haldir con sorpresa, y con una mezcla de dureza y melancolía.
Marah con la cabeza baja se disponía a contestar cuando es interrumpida por Gimli.
- ¿Qué ha sido de la legendaria cortesía de los elfos? -interrumpe Gimli- ¡Hable algo que entendamos todos!
- No hemos tenido trato con los enanos desde los días oscuros. -responde Haldir mirando seriamente a Gimli.
- ¿Sabes qué responde un enano a eso? Ishkhaqwi ai durugnul. -responde con sarcasmo Gimli.
- Eso no ha sido nada cortés. -reprimiendo Aragorn a Gimli.
En eso Haldir fija su vista en los hobbits pero en especial en Frodo.
- Son portadores de un gran peligro. No pueden continuar. -indica Haldir.

Haldir da la media vuelta y se retira, en eso Aragorn va tras él y le suplica por ayuda, pero Haldir no cede. Haldir comenta a Aragorn que en el momento que los hizo ingresar al bosque de Lórien vio a una extraña criatura que los seguía, Aragorn contesta que es Gollum. Los elfos no le dan mucha importancia pues saben que Gollum no puede ingresar al Bosque. Los demás miembros de la Comunidad se encuentran sentados alrededor de una pequeña pileta esperando a lo que Haldir determine. Aragorn sigue discutiendo con Haldir.
Marah no aguanta mas, se levanta y se dirige donde están Aragorn y Haldir discutiendo y toma del brazo a Aragorn y lo separa de ahí.
- Aragorn, permíteme -pide Marah.
Aragorn se encuentra confundido pero accede. Haldir lleva a su hija hacia un costado mas alejado.
- Ada (Padre) -suplica Marah- Jamás te he pedido nada. Estamos en peligro y tu lo sabes.. necesitamos hablar con Galadriel y Celeborn.... te necesitamos.... (bajando la cabeza y diciendo casi con un sollozo) te necesito.....
Haldir siente que se le parte el corazón al ver en esa actitud a su hija. Se separa de ella, la deja a un costado y se dirige al resto de la Comunidad. Legolas por su parte no ha dejado de observar la conversación de Marah y Haldir, en especial la actitud de ella, pues el siente que hay un lazo muy fuerte entre Haldir y Marah.
- Bien, acompáñenme. -replica Haldir- Pero nadie ha visto jamás el acceso a Caras Galadhon, así que tengo que vendarles los ojos, mis compañeros los guiarán así que no se preocupen. Aragorn ayúdame.
Aragorn coge unas vendas y se pone a vendar los ojos de sus compañeros, excepto a Legolas y cuando se disponía a vendar a Marah, Haldir pone su mano y mueve la cabeza negativamente, y Aragorn continua con el resto. Legolas se muestra un tanto extrañado por la actitud de Haldir.
Una caravana de Elfos lleva a la Comunidad por el acceso y luego pasan sobre un risco a través de los bosques dorados. El grupo llega al final del risco y Marah observa extasiada que debajo de ellos, más allá de las brumas, bajo el sol, una formación de árboles se eleva, verdes y dorados, los rayos de luz atraviesan las ramas de los árboles y su mente se llena de recuerdos felices de su niñez.
- Calas Galadhon, el corazón del lugar de los elfos. -indica Haldir- Reino del caballero Celeborn, y de Galadriel, Dama de la Luz.
En ese momento Haldir descubre los ojos de la Comunidad y se quedan extasiados al ver la belleza del lugar.
Al fin llegan a Caras Galadhon, trepando por un camino conforme los últimos rayos de luz bañan sus troncos.

Ascienden por el camino hasta que cae la noche. En el brillo de una noche de luna, Marah sube detrás de los demás por unas escaleras que se retuercen alrededor del tronco de un árbol, pasan por luces centelleantes plateadas y azules. Después de varias plataformas llegan a un gran palacio entre los árboles iluminado con luces plateadas, era el palacio de Galadriel y Celeborn. Lentamente todos se introducen bajo un arco y se reúnen, Haldir se pone a un lado y mira hacia las escaleras.
Un rayo de luz los ilumina, mientras el Caballero Celeborn y la Dama Galadriel descienden para reunirse con los recién llegados, unidos por la mano. Todos miran asombrados. Aragorn se toca la frente en señal de reverencia y Marah baja la cabeza en señal de respeto. Celeborn y Galadriel notan la presencia de Marah entre los miembros de la Comunidad.
- ¡Marah! –exclama sorprendido Celeborn- ... Sabía que algún día regresarías...
Marah baja la cabeza, mientras se siente avergonzada. Celeborn mira a Haldir y luego se dirige a los demás.
- El enemigo sabe que ustedes están aquí. -indica Celeborn- La esperanza que permanecer en secreto ha desaparecido ahora. Nueve son ahora, aunque diez fueron los que salieron de Rivendel. Díganme, ¿dónde está Gandalf?, me gustaría mucho hablar con él. Hace mucho tiempo que no lo veo.
Mientras Celeborn va hablando Galadriel posa su vista en Marah y lee en sus ojos llenos de tristeza la respuesta.
- Gandalf el Gris no ha pasado las fronteras de esta tierra. -dice con delicadeza Galadriel- Ha caído en la Sombra...
Aragorn asiente con la cabeza mientras Marah se traga un sollozo y sus ojos se humedecen.
- Fue tomado por la Sombra y la Llama ... -responde Legolas- Un Balrog de Morgoth.
Celeborn se aflige y se denota en su rostro.
- Por pasar innecesariamente por los túneles de Moria -explica Legolas un tanto molesto.
- Gandalf jamás hizo cosas innecesarias en su vida. No conocemos aún su verdadero propósito. -responde Galadriel con la misma serenidad y dulzura- (dirigiéndose a Gimli) No dejes que el gran vacío de Khazad-dûm anegue tu corazón, Gimli hijo de Glóin. Este mundo se ha ido llenando de peligros, y en todos sus rincones, el amor se confunde ahora con el dolor y el desconcierto.
Celeborn se muestra un tanto pesimista y negativo por la pérdida de Gandalf en la Comunidad.
- ¿Qué va a ser ahora de la Comunidad? Sin Gandalf no cabe la esperanza. -replica Celeborn.
- La misión está en el filo de la navaja. -interrumpe Galadriel- Descuídense un instante y fracasarán, para desgracia de todos.
Cambia de actitud mientras se va dirigiendo a los integrantes de la Comunidad.
- Aún hay esperanza, mientras la Compañía permanezca fiel. -dice Galadriel dirigiéndose a Sam.
Sam la mira y siente la mirada dulce de la Dama Galadriel.
- No permitan que se inquieten vuestros corazones por lamentos pasados. -dice Galadriel mientras dirige su mirada a Marah- Es hora de redimirse.
Marah al escuchar a Galadriel, siente que su corazón se llena de fuerza y esperanza.
- Confíen en lo que sienten y no juzguen sin saber antes la verdad -dice Galadriel mirando a Legolas.
Luego pasa su mirada sobre Boromir como queriendo leer lo que está pasando por su cabeza, él a su vez se siente confundido.
- Descansen ahora, están agotados de tanto esfuerzo y sufrimiento. Esta noche dormirán. -dice con dulzura Galadriel.
Mientras va hablando, Frodo siente que ella le habla solo a él con otro tono de voz.

Más tarde, bajan sobre el terreno, los elfos preparan un área dispuesta para que la Comunidad descanse. Los hobbits se disponen a dormir. En los árboles se pueden oír los cantos de los Elfos. Aragorn está sentado y detrás duerme Gimli. Legolas pasea frente a ellos pensativo. Marah mira al cielo con un nudo en la garganta.
- Un lamento por Gandalf -dice Legolas.
- ¿Y qué dicen de él? -pregunta Pippin.
- No puedo decírtelo... tengo la tristeza demasiado cerca aún. -responde con tristeza Legolas.
- Hay que descansar muchachos. -indica Aragorn- Mañana será un largo viaje.
Aragorn mira más allá desde su lugar de descanso y no ve a Marah y en sus almohadas solo ve su arco y su espada.
- ¿Donde está Marah? -pregunta Aragorn.
- Yo la buscaré -responde Legolas mientras se aleja del lugar.
Aragorn asiente con la cabeza y ve a Boromir que está alejado del grupo, se levanta y se acerca a él que está sentado en una gran raíz de un árbol. Y le pide que descanse pues las fronteras de Lórien están protegidas. Pero Boromir le dice no encontrar descanso pues la dama de Lórien le hablo a él en su cabeza, sobre su padre y la caída de Gondor. Aragorn lo anima y Boromir le cuenta sobre su hogar y que algún día regresarán ambos y que los recibirán como los Señores de Gondor. Aragorn lo mira y sonríe.

Mientras tanto, Marah se encuentra sentada en una gran raíz de un árbol, mirando la casa donde vivió con sus padres, el que fue su hogar. De repente alguien se acerca por detrás y le agarra el hombro, ella voltea y era su padre. Legolas llega justo cuando Marah se levanta llorando y abraza a Haldir, Legolas se siente confundido y se queda detrás de unos grandes arbustos, mientras pasan muchas cosas por su cabeza. Ni Haldir ni su hija se dieron cuenta de la presencia de Legolas.
- ¡¡Perdóname!! -suplica Marah sollozando mientras abraza a su padre- No sabes cuanta falta me hiciste...
- Ú-moe edhored Elanor (No hay nada que perdonar, Elanor) -responde Haldir con dulzura- .. esta bien....
- Quise venir tantas veces -continúa Marah- pero mi maldito orgullo y el miedo a tu rechazo me doblegaba cada vez que me decidía a regresar a verte.
- No ha pasado ni un solo día sin que deje de pensar en ti... -responde Haldir.
- Quiero que sepas que no te culpo de nada.... -dice Marah entre sollozos- y que siempre te he amado....
- También yo... -responde Haldir con un nudo en la garganta- ... también yo....
En ese momento Legolas no aguanta mas, se da media vuelta y se retira de ahí, sintiendo que el corazón se le estruja, pues en su interior sentía que sus sentimientos hacia Marah no eran solo de compañeros, sino de algo más.
Marah se separa de su padre y se saca el colgante que le había dado su madre.
- No merezco llevar esto. -dice Marah mientras le entrega el colgante a su padre. 
- No hija mía. -responde Haldir mientras le cierra la mano- Eres la más indicada de llevar este recuerdo de tu madre, ella te lo dio a ti y estoy seguro que no querría que me lo dieras sino que te lo quedaras.
Haldir vuelve a colocar el colgante en el cuello de su hija.
- ¿Te quedarías esta noche con tu padre? -le dice Haldir mientras agarra la mano de su hija.
- Por supuesto papá... por supuesto -responde Marah con alegría mientras lo abraza.
Lamentablemente Legolas no pudo escuchar lo último que ambos se dijeron, y caminó mientras se sentía desconcertado, en eso se encuentra con Aragorn quien lo ve medio desubicado.
- ¿Sucede algo Legolas? -pregunta extrañado Aragorn.
- Solo quiero descansar.... -responde Legolas con voz lacónica mientras sigue caminando.
- ¿Y Marah? -pregunta Aragorn.
Legolas no responde y se aleja. Aragorn sospechando que algo había pasado se dirige hacia donde vio que venia Legolas y ve a lo lejos a Marah y Haldir, que se alejan del lugar abrazados y suben las escaleras hacia donde están las casas de los elfos. Aragorn mira extrañado hacia ellos y luego ve a Legolas alejarse en dirección contraria, suspira agachando la cabeza pensando en lo que puede sentir su amigo elfo y regresa con sus compañeros.

Marah entra a su casa y la encuentra tal como la dejó la última vez que estuvo ahí. Encima de los muebles y de su cama de ella había un atado de flores, eran sus flores favoritas.
- Todo se ve igual -dice Marah mientras recorre con sus manos los muebles.
- Nunca acepté que ustedes se fueran de mi vida. -responde Haldir.
Haldir se sienta en un gran sofá y Marah se apoya en él mientras está echada en el sofá, tal como lo hacía de niña mientras jugaba con las flores estrella-sol.
- Mi madre antes de morir me pidió que te dijera que te amaba y que nunca dejó de pensar en ti. -cuenta Marah, mientras olía el perfume de las flores- Debí habértelo dicho antes papá...
- Esta bien pequeña. -responde Haldir- Siempre lo supe, siempre lo sentí.
- Sus últimos pensamientos te los dedicó a ti y a al inmenso amor que se tenían. -dice Marah, mientras ve una lágrima correr por las mejillas de su padre.
- Ahora tu eres mi tesoro mas preciado hija mía. -responde Haldir con una sonrisa mezclada con melancolía.
- Cuando acabe todo esto y el mal sea destruido, te prometo que regresaré a vivir a Lórien. -le dice Marah- No quiero regresar con las amazonas. Este es mi hogar y tu eres mi mundo.
- Yo ya no soy todo tu mundo hija. -responde Haldir- Siento que tu corazón está latiendo por alguien... o me equivoco?
- De que hablas? -responde Marah sonrojada mientras se incorpora.
- Soy tu padre. -responde Haldir- Puedo sentir lo que sientes y sabes que me doy cuenta con facilidad de lo que te sucede.
Haldir agarra las manos de su hija mientras la mira a los ojos.
- Por mucho tiempo has visto muerte, destrucción y desolación... -dice Haldir- Ya es hora que encuentres la felicidad. Pero por ahora trata de concentrarte en la misión en la que te has encomendado, la partida de Gandalf ha debilitado a la Comunidad, y es necesario que seas fuerte, como siempre lo has sido. El amor será tu fuerza para seguir adelante, pero tampoco te dejes doblegar por él.
- No te preocupes, no lo haré -responde Marah con una sonrisa.
Haldir besa las manos de su hija y la lleva a su cama para que pueda descansar.
- Lissi olóri Elanor. (Dulces sueños Elanor) -le dice Haldir mientras besa la frente de su hija- Mañana te espera una gran jornada.