La última integrante

XXVII

Al día siguiente, Aragorn usando la armadura de Gondor reúne a todos los soldados de Rohan y de Gondor que quedaban para hacerle la esperada visita a Sauron. Todos se reúnen en la Plaza principal antes de salir. Desde una de las ventana de una de las Casas de Curación se encuentra Éowyn mirando hacia la Plaza Principal y ve a Aragorn alistarse para salir. Todos van preparándose cuando Éomer se acerca a Marah quien se encuentra ajustando las bridas a su caballo.
- Marah no tienes que venir con nosotros.... -le dice Éomer- Quédate con mi hermana, hazle compañía, ella te estima mucho....
- Ella no necesita de mi compañía Éomer -le responde Marah con una sonrisa.
- No quiero que te pase nada, no soportaría que te hieran como hirieron a Éowyn... -le dice Éomer mientras le coge de las manos.
Legolas subido a su caballo da cuenta de lo que sucede, pero no dice nada y adelanta su caballo pasando por el costado de ambos. Marah ve a Legolas pasar y se suelta delicadamente de las manos de Éomer.
- Yo ya no siento un deber el estar acá con ustedes.... -responde Marah con una ligera sonrisa- ... sino que lo hago porque realmente quiero hacerlo...
Y de un salto monta su caballo y se reúne junto a los demás. Éomer se coloca el casco y la mira alejarse con el grupo que va saliendo por la gran puerta de Minas Tirith.
- Que obstinada es.... -susurra para si mismo Éomer mientas cabalga hacia los que van saliendo.
Éowyn continúa mirando partir a su hermano, sus amigos y a Aragorn, deseando con todo su alma seguir a Aragorn en el combate.
- La ciudad se ha sumido en el silencio. -dice para si misma Éowyn, pensando que está sola- No hay calor proveniente del sol. Hace frío....
De repente Faramir quien la estuvo observando durante estos últimos días y con quien cruzó unas cuantas palabras, se acerca a ella e interrumpe sus pensamientos.
- Es la humedad de la primera lluvia de la primavera. -le dice Faramir con suave voz.
Éowyn voltea y ve a Faramir a su costado y siente algo extraño al ver la proximidad de él. Faramir quien se había enamorado de Éowyn desde la primera vez que la vio en los Jardines hacía unos cuantos días atrás, la mira con una dulzura infinita.
- No perdurará esta oscuridad... -dice Faramir- ... no lo creo.
Faramir la coge de una mano y ella siente una gran tranquilidad a su lado y deja caer su cabeza en su hombro mientras ambos miran a sus ejércitos partir hacia Mordor.

Aragorn y su ejército conformado por Gandalf, la Compañía Gris, los Rohirrim y los gondorianos continúan su camino a través de las colinas, praderas y senderos, hasta que al amanecer llegan ante las grandes Puertas Negras de Mordor. Forman filas listos para la batalla, ambos pueblos unidos bajo una sola causa. Aragorn se sitúa adelante, junto a Gandalf quien cabalga con Pippin, Legolas con Gimli, Elladan, Marah, Éomer quien lleva a Merry y Elrohir. Hasta que Aragorn se impacienta y cabalga hacia el frente. Sus siete compañeros lo siguen hasta colocarse junto a él y muy cerca de las Puertas Negras. El ejército completo aun permanece en sus puestos. Aragorn convoca a Sauron. Luego de unos segundos de silencio se comienzan a abrir las Puertas, dejando una pequeña brecha, de la cual sale un orco con armadura montado en un caballo negro. Éste orco habla por Sauron y se acerca ante ellos.
- Mi amo, Sauron el Grande, les da la bienvenida. -replica la Boca de Sauron- ¿Hay alguien entre esta chusma con autoridad para tratar conmigo?
- No venimos a tratar con Sauron, el desleal y maldito. -responde Gandalf- Dile esto a tu amo: Debe desbandar los ejércitos de Mordor. Debe abandonar estas tierras para no regresar nunca.
- Viejo Barbagrís. -contesta la Boca de Sauron- Tengo una prenda que me han ordenado mostrarte
Y saca la camisa de mithril y se la lanza a Gandalf, quien la coge y la observa. Todos los presentes se quedan absortos. Merry y Pippin se desesperan. El orco se da cuenta de ambos hobbits.
- Veo que querían mucho al mediano. -indica la Boca de Sauron- Sepan que ha sufrido mucho en manos de su anfitrión.
Aragorn no pueden cree que Frodo esté muerto, Marah siente que la sangre le hierve de furia, al igual que Gimli y Legolas. Gandalf baja la cabeza.
- ¿Quién iba a imaginar que una criatura tan pequeña soportaría tanto dolor? -precisa la Boca de Sauron con desdeño-  Y lo aguantó, Gandalf. Lo hizo.
Gandalf tiene los ojos llenos de dolor y rabia. Aragorn no aguanta y se le acerca al orco.
- ¿Quién es ese? -le dice la Boca de Sauron con desdeño- ¿El heredero de Isildur? Se necesita más que una espada rota para ser Rey.
Aragorn lo mira lleno de rabia, saca su espada y de un certero tajo le cercena la cabeza.
- Creo que con eso concluye la negociación. -le dice Gimli.
- Pues yo no le creo.... -responde Aragorn- Me niego a creer que esté muerto.

En ese momento el gran Ojo planta su mirada hacia la Puerta Negra y ésta se abre, dejando ver al ejército de Mordor marchando hacia la salida. Aragorn y los demás retroceden hasta colocarse junto a su ejército. Aragorn se dirige a su ejército.
- ¡Quédense donde están! ¡Quédense donde están! -exclama a viva voz Aragorn- Hijos de Gondor y de Rohan, hermanos míos. Veo en sus ojos el mismo miedo que podría descorazonarme. Quizá llegue el día en que el valor de los hombres falle, en que olvidemos a nuestros compañeros y se rompieran los lazos de nuestra comunidad, pero no será hoy día. En que una hora de lobos y escudos destrozados rubricarán la consumación de la era de los Hombres, pero no será hoy día... ¡Hoy lucharemos! Por todo lo que aman de esta buena tierra, ¡Les pido que luchen, Hombres del Oeste!
Al terminar de decir aquello todos los soldados de Rohan y Gondor desenvainan sus espadas y con una gran fuerza y coraje que sale de sus corazones se preparan para luchar.
El ejército de Mordor rodea al ejército de Aragorn, superándoles a estos en cantidad.
Todos desmontan y se alistan a luchar cuerpo a cuerpo contra el enemigo. Marah y sus compañeros están en primera fila detrás de Aragorn.
- Nunca pensé que moriría peleando al lado de un elfo. -replica Gimli.
- ¿Y que tal al lado de un amigo? -responde Legolas con una sonrisa.
- Sí. Puedo hacer eso. -responde Gimli.
Marah se coloca al lado de Legolas.
- Por lo que amamos..... -dice Marah mirando a los ojos a Legolas.
- Nunca lo dudes Marah... nunca.... -responde Legolas con una dulce sonrisa.

En ese momento el gran Ojo centra su poder en Aragorn y lo intenta llamar y hechizar, y dentro de la cabeza de Aragorn se escucha “Aragorn. Elessar”. Aragorn lo escucha y lentamente camina hacia delante. Gandalf teme lo peor. Pero Aragorn voltea hacia sus amigos.
- Por Frodo. -replica Aragorn con lágrimas en los ojos.
Y da un grito de batalla y corre en dirección del enemigo, los demás compañeros y su ejército hace lo mismo y salen corriendo detrás de él prestos a luchar. Ambos bandos se enlazan en una batalla encarnizada cuerpo a cuerpo. Aragorn con su espada empieza a atravesar a cuanto orco se le cruza por el camino, al igual que los demás. Marah siente hervir su sangre y sin importarle que una espada hirió su brazo izquierdo continúa peleando sin descanso. Éomer voltea y ve a Marah sangrar del brazo, pero al intentar ayudarla se le va un orco encima, el cual es despachado por Legolas. Todos continúan luchando contra el enemigo y Gandalf va haciendo lo suyo y asombrándose con la fiereza con las que los dos pequeños hobbits luchan en aquella batalla. Cuando de repente se escucha el chillido de los Nazgûl que vuelan sobre ellos y están dispuestos a atacarlos y en ese momento aparece Gwaihir y le habla a Gandalf y por detrás de los Nazgûl aparecen las grandes águilas quienes se encargan de arremeterse contra los Nazgûl.

Al fin Frodo después de haber pasar mil y un peripecias para llegar hasta el Monte del Destino, llega a ingresar a él por una entrada, Sam corre detrás de él y ambos aparecen en el mismo lugar en el cual siglos atrás estaban Isildur y Elrond, cuando aún se podía detener al mal y la debilidad del hombre ganó.
Sam ve a Frodo quien está en la punta de la roca mirando hacia la lava ardiente.
- ¡Destrúyalo! ¡Hágalo! -le grita Sam- ¡Tírelo! Arrójelo al fuego.
Frodo coge el Anillo de la cadena y lo mantiene sujeto mientras tiene la mano largada hacia la lava. Pero no se decide a hacerlo, se queda paralizado mirando al Anillo.
- ¿Qué está esperando? Nada más suéltelo... -le grita Sam tratando de hacer reaccionar a Frodo.
Pero Frodo continúa mirando fijamente al Anillo, pues éste no quiere ser destruido, y lanza un encantamiento, Frodo comienza a luchar en su interior entre el deseo de lanzarlo a la lava y el deseo de quedárselo, pues el Anillo está utilizando sus últimas fuerzas para dominar al hobbit. Frodo voltea, mira a Sam quien tiene el rostro transfigurado de terror pensando en lo que puede ocurrir en ese momento. Cuando de repente Frodo coge el Anillo con ambas.
- El anillo es mío. -replica Frodo decidido.
Y arranca el Anillo de la cadena a la que estaba sujeto. Sam no puede creer que Frodo actúe de esa manera. Frodo lo sigue mirando fijamente y se coloca el Anillo en el dedo índice y desaparece. Sam se desespera.
- ¡Noooo! -grita Sam al ver que todos sus esfuerzo han sido en vano, en especial por la pérdida de su mejor amigo.

Sauron se da cuenta que el Anillo al fin está en sus manos, y voltea su mirada hacia la entrada de la Montaña del Destino. Los Nazgûl escapan de las Águilas y se internan en Mordor. Abajo continúa la batalla. Gandalf y los elfos siente que el mal va creciendo, se dan cuenta de lo acontecido y ven que todo ya está perdido, pero aún así luchan hasta acabar todo recurso. Marah siente también la presencia mas fuerte del mal, cuando aparece un troll de las cavernas armado y ella de un salto se aleja y el troll se enfrenta a Aragorn quien con todas las fuerzas que le quedan le hace frente

Dentro de la Montaña, Sam se encuentra petrificado mirando el rastro de los pasos que deja Frodo invisible. Cuando no se da cuenta que por detrás llega Gollum con una gran piedra y le asesta un golpe en la nuca que lo desmaya. Gollum ve las huellas de las pisadas de Frodo y en un arranque de furia y odio se lanza sobre éste. Frodo y Gollum luchan tratando ambos de retener el Anillo para sí. En eso Sam reacciona y ve aquella lucha, intenta pararse pero el dolor de la cabeza lo hace tambalearse. Gollum coge la mano de Frodo y le arranca el dedo de un solo mordisco. Frodo aparece mientras se agarra la mano ensangrentada y el Anillo pasa a las manos de Gollum. Frodo cae al suelo preso del dolor. Gollum al fin tiene el Anillo en sus manos y salta de alegría. Frodo no acepta su derrota y ciego de odio, se levanta y corre hacia Gollum y ambos luchan tratando de quitarse el Anillo.

Aragorn continúa luchando cuando el troll le asesta un golpe y lo derriba. Legolas ve aquello e intenta correr hacia Aragorn, pero por detrás de éste, un uruk-hai le iba a clavar una gran lanza, entonces Marah corre y se interpone, pero el uruk la golpea, y ella al caer levanta sus cuchillas y lo atraviesa. Legolas no se da cuenta de ello excepto Éomer quien la ayuda a levantarse y continúan luchando. Aragorn intenta levantarse, se voltea y ve al troll casi encima de él, Legolas se abre paso por entre los orcos para ir tras su amigo. Pero el troll llega a golpear otra vez a Aragorn y lo pisa, pero Aragorn saca su daga y se la clava haciendo que el troll se haga a un lado. Gandalf continúa peleando al lado de Elrohir y Elladan, quienes sienten que Frodo ya se consumió por el poder de Sauron, y que toda esperanza fallo.

Gollum continúa peleando con Frodo, Sam intenta levantarse, pero aún se siente débil. Frodo y Gollum continúan peor lo hacen muy cerca al barranco, al final ambos caen por el abismo. Gollum al fin que se siente librado de Frodo, abraza a su Anillo, se siente feliz mientras va cayendo hacia la lava, pero para Gollum no existe nada mas que él y su precioso Anillo. Hasta que al final toda fondo y ahí siente el calor del fuego, pero Gollum no quiere aceptar el volver a perder su tesoro, y levanta la mano tratando de no hacerle daño, pero éste se hunde en la lava ardiente, tal vez guardando en su último pensamiento, la felicidad de volver a tener a su tesoro en sus manos. El Anillo queda encima de la lava, es tan potente y poderoso que aún no se consume, pues el poder de Sauron era muy poderoso, pero lo que no se esperaba era que su hora ya había llegado.
Sam corre hacia el borde y baja la mirada buscando a Frodo y lo ve suspendido, sujetándose de una roca saliente. Sam se agacha y se estira tratando de agarrar su mano de Frodo.
- ¡Déme la mano! ¡Coja mi mano! -grita Sam desesperado intentando coger la mano de Frodo, pero ésta se resbala por la sangre de su dedo arrancado- ¡No! No se suelte. No se suelte. ¡Estírese!
Al fin Frodo llega a sujetarse de Sam y éste lo ayuda a subir por el borde y ponerlo a salvo.
El Anillo revela sus caracteres en un último suspiro y se desvanece en la lava.

Sauron siente la destrucción de todo su poder radicado en el Anillo Único, y todo lo que él dominaba comienza a desaparecer, pues los orcos, trolls y uruks sienten que su fin llega y asustados escapan del ejército de Aragorn. Gandalf y los demás ven que la torre de Barad-dûr sobre la cual está el gran Ojo, empieza a destruirse, cayendo por pedazos. Sauron se resiste a desaparecer pero nada puede evitar su fin. Y cae junto a su torre y junto a la maldad que creó en la Tierra Media. Al fin el Ojo colapsa y explota, y su onda expansiva destruye todo aquello que él construyó con el mal.

Los orcos salen despavoridos de Mordor, Gandalf ordena que todo se queden juntos pues no saben que pasara por esos lugares. La tierra comienza a vibrar y abrirse, desapareciendo en sus entrañas a los orcos y demás bestias que ayudaron a Sauron. Las construcciones de Mordor, las murallas y la gran Puerta Negra se destruyen cayéndose por pedazos. Era el fin de toda maldad en la Tierra Media.

Gandalf y los demás sienten que sus corazones vuelven a vivir y a llenarse de alegría y esperanza y que al fin que todo su esfuerzo ha tenido éxito. Merry y Pippin saltan de alegría junto a Gimli.
Pero en ese momento se escucha una gran explosión en la Montaña del destino y todos ven que la Montaña colapsa y la lava comienza a salir por borbotones, expulsando grandes rocas de fuego las cuales caen sobre los Nazgûl matándolos.

Marah y los demás saben que Frodo y Sam aún están adentro de la Montaña. Gandalf siente que el corazón se le parte en dos al ver que la Montaña se está destruyendo, pero no puede hacer nada. Marah, corre hacia Gandalf y lo coge del brazo, intentando decirle que haga algo con la mirada pues no le salen palabras de su boca al sentir que tiene el corazón en la garganta. Merry y Pippin caen al suelo llorando de amargura. Todos se quedan pasmados al ver aquel espectáculo de destrucción.

Dentro de la Montaña, todo se está destruyendo, Frodo y Sam llegan a correr hasta la entrada mientras por detrás la lava los va alcanzando. Al fin salen de la caverna y corren para guarecerse de la lava ardiente. Ambos corren y luego de otra explosión ambos saltan hacia unas rocas salidas que quedan fuera del alcance la lava. Pero ésta los rodea y no tienen por donde escapar. Frodo cae al suelo de rodillas pues no puede creer que todo el fin ya haya terminado. Las explosiones continúan y la tierra se sigue remeciendo, ambos hobbits caen al suelo rendidos. Frodo comienza a divagar con la Comarca. Sam imagina a su adorada Rosie y se pone a llorar deseando haberse casado con ella. Frodo se incorpora y lo abraza.
- Me alegro de estar contigo, Samsagaz Gamyi... -le dice Frodo-.... aquí al final de todas las cosas....
Ambos se abrazan y al final caen rendidos uno junto al otro.

Afuera de Mordor donde ya todo está destruido queda el ejército de Aragorn. Gandalf convoca a Gwaihir, quien llega con dos Grandes Águilas más. Marah le pide acompañarlo a buscar a Frodo y Sam. Gandalf acepta y ambos se suben a las Águilas y salen en su búsqueda. Aragorn retorna a Minas Tirith con todos los demás sobrevivientes.

Sobrevuelan en los alrededores de la Montaña del Destino y ven que todo está cubierto de lava, cuando de repente Gwaihir divisa en una gran roca en medio de la lava a los dos hobbits. Gandalf baja con Gwaihir y éste levanta a Frodo con sus garras, Marah hace lo suyo con Sam. Y ambos los llevan a las Casas de Curación de Minas Tirith.