La última integrante

XVI

Por otro lado Aragorn despierta mientras cabalga sobre Brego por los campos de Rohan hacia el Abismo de Helm y en el camino se da cuenta que las tropas de Saruman se acercan dispuestos a atacar a Rohan. Aragorn cabalga veloz y Brego lo lleva hasta las puertas del Abismo de Helm. Aragorn ingresa por las puertas, mientras la gente lo mira con asombro al verlo aún con vida.
Gimli se encontraba afuera con la gente y es el primero en escuchar de su llegada.
- ¿Dónde está? ¿Dónde está? -pregunta Gimli refunfuñando- Dejen paso. Le voy a matar. (ya en su delante de Aragorn) Eres... el hombre más afortunado y el más astuto y temerario que he conocido. (abrazándolo) Bendito seas, amigo mío.
- ¿Gimli donde está el rey? -pregunta Aragorn.
- Adentro.... -responde Gimli con lagrimas de felicidad.
Aragorn atraviesa el pórtico de la entrada a la ciudadela interior y se topa con Marah quien sale corriendo a recibirlo y se lanza a sus brazos, detrás de ella llega Legolas.
- ¡Sabía que estabas vivo!! -exclama Marah mientras lo abraza.
- Me alegra de verlos a ustedes también... -responde Aragorn con una sonrisa.
- Le ab dollen. (Llegas tarde) -le dice Legolas- ¡Estás horrible! (mirándolo de pies a cabeza) .
- Hannon le. -responde Aragorn riéndose.
- Esto es tuyo. -le dice Marah mientras le entrega la estrella de Arwen.
Aragorn la mira con dulzura y recibe la estrella. Éowyn se da cuenta del regreso de Aragorn y sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas, pero esta vez de felicidad.

Aragorn ingresa al castillo seguido por Marah y Legolas y se dirige al Rey.
- Mi señor, hay una gran hueste que viene desde Isengard  para atacar Cuernavilla. -advierte Aragorn.
- ¿Una gran hueste dices? -pregunta con inquietud Théoden.
- Así es, son como diez mil al menos. -precisa Aragorn- Son una tropa engendrada con un solo propósito: destruir el mundo de los hombres. Al anochecer ya habrán llegado.
- Pues acá los esperaremos. -dice Théoden con decisión.
Théoden sale con Gamelin y con Aragorn, Marah, Legolas y Gimli hacia las afueras de la fortaleza y ordena que todo hombre joven y fuerte capaz de portar armas, esté listo para la batalla en el crepúsculo y que envíen a las mujeres y a los niños al interior de las cuevas junto con las provisiones.
- Cubriremos la empalizada y la puerta desde arriba. -indica Théoden- Ningún ejercito ha penetrado nuestras defensas ni puesto el pie en Cuernavilla.
- No es una chusma descerebrada de orcos. -responde Gimli- Éstos son Uruk-hai. Su armadura es gruesa y sus escudos fuertes.
- Gimli tiene razón, mi señor. –contesta a su vez Marah- Hemos tenido oportunidad de luchar contra ellos cuando perdimos a uno de nosotros. Y no son nada fáciles de vencer.
- He librado muchas batallas, mi señora Marah. -responde a su vez Théoden mientras ingresan todos al interior de la fortaleza- Sé cómo defender mi propia plaza. Irrumpirán en esta fortaleza como el agua entre las rocas. Las hordas de Saruman lo saquearán todo. Ya les he visto obrar. Los campos pueden ser resembrados y las casas reconstruidas. Tras estos muros contendremos su embestida.
- No vienen a Rohan a destruir cultivos y casas. -advierte Aragorn- Vienen a destruir a su pueblo, hasta el último niño.
- ¿Qué esperas que haga? -exclama Théoden hacia Aragorn- Mira a mis hombres. Su coraje pende de un hilo. Si esto es nuestro fin, haré que rubriquen un final que permanezca en las memorias.
- Envíe emisarios, mi señor. Debe pedir ayuda. -responde Aragorn.
- ¿Y quien acudirá? -pregunta con inquietud Théoden- ¿Elfos? ¿Enanos? ¿Amazonas? No somos tan afortunados en amigos como usted. Las viejas alianzas han muerto.
- Gondor vendrá. -responde Aragorn.
- ¿Gondor? -increpa Théoden- ¿Dónde estaba Gondor cuando el Folde Oeste cayó? ¿Dónde estaba Gondor cuando nuestros enemigos nos cercaron? ¿Dónde estaba Gon..? No, mi señor Aragorn, estamos solos.
Théoden se da la media vuelta y se aleja seguido por Gamelin. Marah se acerca a Aragorn.
- Confiaremos en la seguridad de estas defensas como dice el Rey.... -dice Marah tratando de animar a Aragorn- ... sino ... tenemos a Gimli ¿no?
Los demás se ríen tratando de disimular la preocupación de la guerra que se avecina.

Mientras en el Bosque de Fangorn, Bárbol conduce a Merry y a Pippin hacia la cámara de los ents pues se ha convocado a una reunión de todos los ents para decidir si van a la guerra. Llegan y de tras de ellos van acercándose los demás ents hasta conformar un círculo alrededor de una gran roca.

En el Abismo de Helm, los rohir están evacuando a la gente hacia las cavernas. Aragorn y los demás están estudiando la mejor manera de contrarrestar los ataques.
- Situaremos a la reserva a lo largo del muro. -indica Aragorn- Que apoyen a los arqueros desde lo alto del portón.
- Aragorn, deja esto a nosotros, tú debes descansar. -le dice Marah preocupada.
- Así es. -apoya Legolas- No nos sirves medio muerto.
Aragorn los mira y de repente llega Éowyn corriendo al encuentro de Aragorn. Legolas, Marah y Gimli se quedan atrás de él.
- ¡Mi señor! ¡Aragorn! -exclama Éowyn- Me envían con las mujeres a las cavernas.
- Es una honorable carga. -responde Aragorn.
- Pero proteger a los niños, dar comida y camas a los hombres que vuelven. ¿Qué reconocimiento hay en eso? -exclama Éowyn.
- Mi señora, llegará el momento del valor reconocido. -responde Aragorn- ¿A quien recurrirá tu pueblo en la ultima defensa?
- Déjame estar a tu lado. -le pide Éowyn.
- No puedo ordenarlo. - responde Aragorn.
- ¡No les ordenas a los otros que se queden! -exclama Éowyn- ¡Ellos pelean a tu lado porque nadie los separaría de ti! (mirándolo a los ojos) .... Porque te aman...
Aragorn la mira con sorpresa y Éowyn se da cuenta de lo que dijo.
- Lo lamento... -dice Éowyn bajando la cabeza.
Y se retira empujando a su paso a Marah y Legolas. Aragorn la queda mirando y Marah voltea a ver a Éowyn alejarse y se acerca a Aragorn.
- ¿Que sucede? -pregunta Marah- ¿Aragorn?
-  Nada Marah.... -responde Aragorn- ... nada....
Aragorn baja la cabeza y continúan con su marcha hacia la armería.

Éowyn por su parte baja a las Cavernas Centelleantes junto con su pueblo. Los soldados bajan con ella y se disponen a reclutar a los niños, jóvenes y ancianos para que defiendan la fortaleza junto a los demás soldados. Las madres, hijas y esposas se quedan desconsoladas.

La armería está llena de soldados, niños, jóvenes y ancianos. Marah está a un costado afilando sus flechas junto a Gimli y Legolas. Aragorn se dirige hacia ellos luego de haber revisado las armas que les entregaban al resto.
- Campesinos, herradores, mozos de cuadra... No son soldados. -precisa Aragorn.
- La mayoría ha visto muchos inviernos. -indica Gimli.
- O muy pocos. -replica a su vez Marah.
- Míralos bien, están asustados. -precisa Legolas- Lo dicen sus ojos.
En ese momento toda la gente queda en silencio mirando a Legolas. Legolas se dirige a Aragorn.
- Boe a hyn, neled herain dan caer menig (Y deberían estarlo, trescientos contra diez mil) -exclama Legolas.
- Si beriathar hýn. Ammaeg nâ ned Edoras (Confían poder defenderse mejor aquí que en Edoras) -responde Aragorn.
- Aragorn, nedin dagor hen ú-`erir ortheri. ¡Natha daged dhaer! (No son soldado. No pueden ganar esta guerra. ¡Morirán todos!) -exclama Legolas.
- ¡Entonces moriré con ellos! -responde con dureza Aragorn.
Aragorn se da la media vuelta y sale de ahí observado por toda la gente. Legolas se da cuenta de lo actuado e intenta ir tras él. Marah lo coge del brazo.
- Déjalo Legolas.... ahora lo último que necesitamos es esto. -replica Marah mirando a la gente a su alrededor.
- Si amigo elfo. -dice a su vez Gimli- Ya lo conoces,.... espera a que se le pase... luego hablas con él.
Los tres regresan a terminar de alistar sus armas.

En el interior del castillo se encuentra el Rey Théoden y Gamelin. Quien se encuentra ayudando al Rey a colocarse su armadura.
- Todo aldeano capaz de empuñar una espada ha sido enviado a la armería. -indica Gamelin- ¿Mi señor?
- ¿Quién soy, Gamelin? -pregunta Théoden lacónicamente.
- Es nuestro rey, señor. -responde Gamelin mientras ayuda a colocarse el peto.
- ¿Y tienes fe en tu rey? -vuelve a preguntar Théoden.
- Sus hombres, mi señor, lo seguirán a cualquier final. -responde Gamelin con esperanza.
- Cualquier final...  -dice Théoden mirando al horizonte- ¿Que ha sido del jinete y su caballo? ¿Qué ha sido del cuerno que resoplaba? Han pasado como lluvia en las montañas, como viento en la pradera. Los días se apagan en el oeste, tras las colinas, sumidos en la sombra. .... Gamelin... ¿Cómo hemos llegado a esto?

Al otro lado de las Montañas Blancas se encuentra el dominio amazona. La reina Vlasta se encuentra con su consejera Tharia y algunas amazonas en el templo cenando tranquilamente. Cuando de repente ingresan un grupo de guerreras al mando de Saria informándole que Saruman se dispone a atacar Cuernavilla, donde de encuentra el Rey y su pueblo escondido. Aquella noticia le cae desprevenida a Vlasta.
- ¿De que hablas?? -pregunta Vlasta levantándose de golpe- ¿Y cuando será eso?
- En este momento las fuerzas de Saruman están sitiando el Abismo de Helm. -responde Saria.
- ¿Y porqué nos enteramos recién de esto? -pregunta sobresaltada Vlasta.
- De los halcones que enviamos hace meses, ninguno regresaba. –contesta Saria- Sólo uno regresó y trajo esa noticia. Los demás fueron atacados por los crébains de Saruman.
Vlasta ordena que se preparen todas para contrarrestar cualquier amenaza.
- Saria manda a todas tus fuerzas hacia las fronteras de nuestro reino. -ordena Vlasta- Si los uruk-hai atacan esta noche Cuernavilla, y conociendo la fuerza de Rohan, no creo que vengan por estos parajes escondidos hasta luego de tres o cuatro días. Así que tenemos tiempo para estar preparadas ante cualquier contingencia. Además no creo que vengan muchos pues sus fuerzas se habrán debilitado con la batalla en Cuernavilla.
Saria sale inmediatamente seguida de sus guerreras hacia las fronteras del reino amazona. Vlasta se queda en el templo y se prepara para defender su templo junto a las centinelas.

Los rastreadores ocultos en la oscuridad regresan a Isengard a dar la noticia que las amazonas no esperan un ataque hasta luego de cuatro días y menos tienen conocimiento de los lobos de Isengard. Saruman aprovecha aquello y envía a todos los huargos y sus orcos, los cuales corren velozmente en dirección de las Montañas Blancas para agarrar desprevenidas a las amazonas.