La última integrante

XIX

Todos los sobrevivientes de la Batalla en Cuernavilla, salen en dirección hacia Edoras y regresan a su hogar. Gandalf seguido por Aragorn, Théoden, Gamelin, Legolas, Gimli, Marah y Éomer, se dirigen hacia Isengard, para luego regresar a Edoras. Durante el trayecto pasan por los bosques de Fangorn. Atrás cabalgan Legolas junto con Gimli, seguidos por Marah y Éomer. Legolas no atina a hablarle a Marah, pues aún se tiene un sentimiento de culpa por la manera de cómo la trató y juzgó sin saber antes la verdad y en especial por no haber estado con Marah cuando mas lo necesitaba. Éomer por su lado, siente gran atracción por Marah y trata de estar lo más cerca posible de ella. Y Marah no piensa en nada mas que en su padre. Aunque por más que ella lo intente, sus sentimientos hacia Legolas se vuelven más fuertes. Pero ella orgullosa por naturaleza intenta por todos los medios posibles no demostrar ante nadie la pena de su alma.

Salen del Bosque y se encuentran en las afueras de Isengard. Gandalf divisa en las murallas a Merry y a Pippin, comiendo, fumando y divirtiéndose de lo lindo. Merry ve llegar a Gandalf seguido de los demás y le da la bienvenida.
- ¡Bienvenidos, caballeros, a Isengard! -exclama Merry.
- ¡Pícaros tunantes! -exclama a su vez Gimli sacando la cabeza detrás de Legolas- Nos hicieron sufrir una búsqueda sin tregua y los encontramos festejando y... ¡fumando!
- Así que no han perdido tiempo en disfrutar de su victoria ¿eh?? -replica Marah sonriendo.
- Disfrutando del campo conquistado y gozando de las mieles de la justa victoria. -replica a su vez Pippin.
Gandalf y los demás se ríen y Gandalf se acerca a ellos.
- ¡Cuando no ustedes jóvenes e impredecibles hobbits..!! -exclama Gandalf. 
- Estamos a las órdenes de Bárbol, que se ha hecho cargo de Isengard. -indica Merry.
- Vamos muchachos suban. -indica Marah. 
Los hobbits se bajan de su muralla y se dirigen hacia los jinetes. Pippin sube al caballo de Aragorn y Merry con Marah. Y todos se dirigen hacia la Torre de Orthanc donde se encuentra Bárbol.
- Joven maestro Gandalf. ¡Qué grata visita! -saluda Bárbol a Gandalf- Tronco y agua, provisiones y roca puedo controlar, pero hay un mago malvado que manejar, encerrado en su torre.

Aragorn y los demás miran hacia la parte alta de la Torre de Orthanc.
- ¡Saruman muéstrate!. -exclama Aragorn.
- Sé cauto Aragorn. -advierte Gandalf- Incluso derrotado, Saruman es peligroso
- Entonces hay que decapitarlo y así será una problema menos. -contesta Gimli.
- ¡No! -exclama Gandalf- Lo queremos vivo. Necesitamos que hable.
Saruman se asoma por lo alto de la torre y se dirige a los recién llegados.
- Has librado muchas batallas y arrebatado muchas vidas, Rey Théoden, y has hecho la paz después. -precisa Saruman sarcásticamente- ¿No podemos llegar a un acuerdo como antes lo hicimos, mi viejo amigo? ¿No podemos estar en paz, tú y yo?
- ¿Paz? -responde Théoden indignado- Tendremos paz, cuando respondas por el incendio del Folde Oeste, y por los niños que yacen muertos en él. Tendremos paz, cuando la vida de los soldados cuyos cadáveres fueron descuartizados y tendidos muertos frente a las puertas de Cuernavilla, sean vengados. Y cuando tú pendas de una horca, como festín de tus propios cuervos.... ahí tendremos paz.
- Horcas y cuervos. -dice Saruman con tono de burla- ¡Viejo estúpido!

En ese momento Saruman divisa detrás de Théoden a Marah.
- Así que aún queda viva una miserable amazona.... -precisa Saruman con desdeño- Pensé que habían muerto todas bajo las garras y dientes de mis huargos ayer en la noche.
- ¿De que hablas, maldito mago? -interroga Marah con inquietud.
- ¿Acaso no te dijeron tus amigos? -pregunta con sarcasmo Saruman- Ayer en la noche fueron aniquiladas todas las amazonas, en su propio templo, y me trajeron la cabeza de tu reina.
- ¡Mientes!! -grita Marah con furia. 
Saruman se ríe y lanza hacia las aguas la cabeza de la reina. Todos se horrorizan ante tal espectáculo. Marah ve la cabeza de Vlasta flotar y en un arranque de furia, saca una flecha y apunta a Saruman, dispuesta a matarlo, pero Gandalf con su mano baja su arco y Marah dispara hacia el agua.
- No Marah.... -susurra Gandalf- Ya habrá momento...
Marah solo atina a mirar con odio hacia Saruman, mientras Merry intenta calmarla. Saruman se ríe desde su torre y se dirige a Gandalf.
- ¿Y qué buscas tú, Gandalf el Gris? A ver si adivino ¿La llave de Orthanc? ¿Tal vez la de Barad-Dûr, junto con las coronas de los siete reyes y las varas de los cinco magos?
- Tu villanía se ha cobrado ya demasiadas vidas. -responde Gandalf- Millares corren aún ese riesgo. En tus manos está salvarlas, Saruman. El enemigo te confió muchos secretos.
- Ya que has venido a por información, te la facilitaré. -precisa Saruman, mientras saca el palantir y ve tras ella- Algo se corrompe en el corazón de la Tierra Media. Algo que tú no llegas a ver, pero que el Gran Ojo ha visto. En este instante, aprovecha su ventaja. Su ataque está pronto. Todos morirán. Y tú lo sabes, ¿cierto, Gandalf? ¿No pensarás que este montaraz se sentará en el trono de Gondor? (mirando a Aragorn) Este exiliado, salido de la sombra, nunca será coronado Rey. Gandalf no tiene reparos en sacrificar a sus allegados, a ésos por quienes profesa amor. Dime, ¿qué palabras de consuelo ofreciste al mediano, antes de enviarle a su perdición? El cometido que le has asignado sólo conduce a la muerte.
- ¡Ya me harté! -exclama Gimli- Mátalo Legolas, atraviésale la garganta.
Legolas se disponía a armar su arcos cuando Gandalf se lo impide.
- No Legolas. -indica Gandalf- (dirigiéndose a Saruman) Baja ahora Saruman y se te perdonará la vida.
- Ahórrate tu piedad y tu perdón. -replica Saruman con sarcasmo- ¡De nada me sirven!
Y levanta su vara y lanza una bola de fuego hacia Gandalf. Todos retroceden ante el impacto. El fuego se consume inmediatamente y Gandalf aparece sin un solo rasguño.
- Saruman. -advierte Gandalf- Tu vara está quebrada.

Y al momento de decir eso, la vara de Saruman se destruye en mil pedazos. Saruman se asusta y hace un mal movimiento y de su ropaje cae el Palantir que tenía para comunicarse con Sauron. Saruman mas preocupado por su vara no se da cuenta que el Palantir rodó y cayó hasta las aguas debajo de la Torre. En se momento detrás de Saruman sale Grima, mostrando un rostro de desazón y detiene su mirada en el Rey Théoden, quien se da cuenta de él.
- ¡Gríma! -exclama Théoden- No necesitas seguirlo. No siempre has sido lo que eres ahora. Fuiste un hombre de Rohan. Baja.
Grima siente pena, sus ojos comienzan a enrojecerse y baja la cabeza y se da la media vuelta para bajar donde Théoden. Saruman mira fijamente a Grima y se dirige a Théoden.
- ¿Hombre de Rohan? -pregunta Saruman con sarcasmo- ¿Qué es la casa de Rohan sino un hediondo cobertizo donde se embriagan unos cuantos bandidos, mientras la prole se arrastra por el suelo entre los perros? La victoria en el Abismo de Helm no te pertenece, Théoden, Señor de los Caballos. Eres el hijo menor de un gran linaje.
Grima lo mira con resentimiento a Saruman mientras baja la cabeza. Théoden vuelve a dirigirse a Grima.
- Gríma, baja. Vive libre de él. -replica Théoden.
- ¿Libre? Jamás será libre. -exclama Saruman.
Grima reta a Saruman e intenta retirarse.
- Quieto ahí. ¡Canalla! -grita Saruman y de un golpe tira al suelo a Grima.
- ¡Saruman! -exclama Gandalf- Fuiste un gran confidente del enemigo, dinos lo que sabes.
- Retira tu guardia y te contaré dónde se decidirá tu perdición. -advierte Saruman- No permitiré seguir prisionero aquí.
Saruman los mira con desprecio y se retira dentro de la Torre seguido por Grima. Gandalf indica Bárbol que no permita la salida de Saruman ni de Grima, pues a pesar de estar derrotado, es peligroso. Bárbol asiente y ordena a los ents rodear la torre y vigilarlo. Gandalf le dice a Théoden que tienen que avisar a sus aliados, a cada rincón de la Tierra Media que aún queda en libertad, pues el enemigo se acerca y deben saber dónde atacará.
Pippin que había seguido la caída del Palantir, al ver que Saruman ya no estaba, se baja del caballo de Aragorn y va donde el Palantir y la recoge. Gandalf lo ve y mirándolo seriamente le pide que se lo entregue. Pippin se lo da, y pero Gandalf la coge con su manto y la cubre. Y da media vuelta y se aleja. Aragorn hace subir a Pippin a su montadura y todos siguen a Gandalf a galope en dirección a Edoras. Bárbol queda con los ents en custodia de Isengard.