La última integrante

XXII

Pasan los días en los cuales Frodo, Sam y Gollum cada vez están más cerca de Mordor. Gandalf por su lado cumple su cometido de encender las almenaras gracias a la valentía de Pippin. Y así una a una, entre picos y nevados, las almenaras que están a través de las Montañas Blancas se van encendiendo, hasta llegar a Rohan.

Aragorn se encontraba con Marah comiendo y conversando sobre varios recuerdos de su estancia en Imladris hace años atrás, cuando Marah levanta la mirada y ve la almenara de Rohan encendida, inmediatamente se pone de pie.
- ¡Aragorn, la almenara está encendida! –exclama Marah señalando la almenara.
Aragorn de un salto se levanta y corre seguido de Marah hacia el castillo de Meduseld, donde se encontraba el Rey, su sobrino y sus hombres. Legolas, y Gimli que estaban en la puerta del Castillo, ven llegar corriendo a Aragorn y Marah y van detrás de ellos. 
- ¡Las almenaras de Minas Tirith! ¡Las almenaras arden! -grita Aragorn mientras ingresa al Castillo- Gondor pide auxilio.
Théoden lo mira en silencio. Voltea a ver a Marah y recuerda la discusión que tuvo con ella días atrás. Todos están esperando la respuesta del Rey. Hasta que decide.
- Y Rohan responderá. -replica Théoden con esperanza- ¡Éomer! ¡Convoca a los rohirrim!
- Si, señor. -contesta Éomer y sale del castillo junto con el Rey.
Afuera del castillo en Edoras hay mucho movimiento, los Rohirrim preparan sus caballos y sus armas para dirigirse a la guerra. Théoden es la esquina de su castillo mira desde arriba todos los preparativos.
Afuera de los establos están Marah, Legolas y Gimli. Llega Aragorn y a su costado sale Éowyn junto con un caballo. Aragorn se extraña al verla.
- ¿Nos acompañas? -pregunta Aragorn.
- Sólo hasta el campamento. -responde Éowyn mientras alista las bridas del caballo- Es tradición que las mujeres de la corte despidan a los soldados.
Aragorn la mira con extrañeza y levanta el manto de la silla del caballo y descubre que llevaba una espada. Éowyn inmediatamente la cubre.
- Los hombres han encontrado a su capitán. -replica Éowyn mientras lo mira con dulzura- Te seguirán a la batalla, incluso a la muerte. Nos has traído esperanza.
Aragorn la mira llevar a su caballo pero queda en silencio. Legolas a su costado ayuda a subir a Gimli. Mientras Marah sujeta a su caballo y se dirige hacia Aragorn.
- No solo das esperanza a los hombres... -precisa Marah con una sonrisa.
Aragorn la mira y se ríe sin decir palabra alguna. Ambos suben a sus caballos y cabalgan junto a los demás.

Théoden se dispone a bajar hacia su caballo cuando es interceptado por Merry, quien se arrodilla y le ofrece su espada, para ponerla al servicio del Rey. Théoden acepta y lo nombra escudero de Rohan. Merry se levanta contento y sale corriendo hacia donde están sus amigos. Théoden lo mira sonriente y se dirige a sus huestes.
Los jinetes van colocándose en fila para salir y entre ellos están Legolas y Gimli.
- ¡Señores de los Caballos! -replica Gimli con desdeño- Ya quisiera yo poder alistar a una legión de enanos armados y mugrientos.
- Los tuyos no tendrían porqué entrar en esta guerra. -responde Legolas- Pues me temo que la guerra ya ha llegado a sus tierras.
Gimli baja la cabeza dándole razón a Legolas. Merry sube a un potrillo e intenta cabalgar. Marah se acerca con su caballo y mientras ella va cabalgando le jala de las bridas al de Merry.
Théoden mira a su gente desplegarse y piensa para sus adentros “Así pues, será ante los muros de Minas Tirith donde la maldición de nuestro tiempo se habrá de decidir”. Éomer se dirige a los Rohirrim.
- ¡Llegada es la hora! -exclama Éomer- ¡Jinetes de Rohan, tienen un juramento! ¡Denle ahora cumplimiento! ¡Por el Rey y la Tierra!
Todos gritan al unísono y salen cabalgando detrás de Théoden y Éomer.

Las fuerzas del rey Théoden se encuentras acampadas en la falda de la montaña. El llega acompañado de Aragorn, Marah, Gimli y Legolas. Cabalgan entre el campamento y Grimbold le indica al Rey que han llegado quinientos hombres del Folde Oeste, y trescientos más de la frontera de los pantanos. Pero que ningún jinete del Nevado se ha apersonado.
Théoden desmonta y se dirige a pasar revista a las guardias que llegaron. Se coloca al pie de un acantilado por donde van llegando mas. Aragorn se acerca a él y ambos se quedan mirando las seis mil lanzas que no bastarán para quebrar las filas de Mordor. Théoden aún tiene esperanza que lleguen más refuerzos y le indica que partirán al amanecer del día siguiente.

En ese momento escuchan a los caballos asustarse mientras los Rohirrim intentan calmarlos. Marah está con Éomer en las caballerizas mientras ella intenta calmar al suyo. Y se les acerca Legolas y Gimli.
- ¿Que sucede?... -pregunta Marah con inquietud.
- Los caballos se inquietan y los hombres callan.... -precisa Legolas.
- Les trastorna la sombra de la montaña. -contesta Éomer.
Salen de las caballerizas y Gimli se fija en la senda entre la montaña, la cual se ve fría y sombría.
- Esa senda de ahí, ¿a donde conduce? -pregunta con curiosidad Gimli.
- Es el camino al Bosque Negro.... la puerta bajo la montaña. -responde Legolas.
- Todo el que entra, no sale jamás de ahí..... esa montaña es maligna. -contesta a su vez Éomer.
Marah se dispone a comer junto con Gimli, Legolas y Merry. Y nota la ausencia de Aragorn.
- ¿Donde está Aragorn? -pregunta Marah.
- Creo que con el Rey... -responde Merry.
- Mejor lo busco.... no se vaya a quedar sin comer.. -replica Gimli mientras se levanta.
Aragorn se dirige hacia la senda de la montaña, mientras ve a los caballos asustarse cuando pasan cerca de ella. de repente fija su mirada hacia el interior de la senda y cree ver una figura como un fantasma al fondo que lo observa. Aragorn se sorprende. Y en eso Gimli lo coge del brazo.
- Aragorn, Marah te está guardando algo de comer.. vamos... -replica Gimli.
Aragorn vuelve a mirar hacia la senda pero ya no ve nada. así que va con Gimli y se encuentra con sus amigos y almuerza con ellos.